Nota a esta edición digital

Portada libro Clásicos Tavera. Plan de la obraLa Biblioteca Virtual Clásicos Tavera, al igual que la Biblioteca Virtual MAPFRE 1492, presenta una serie de características que no son las usuales en las bibliotecas virtuales de la Biblioteca Virtual de Polígrafos, que desde hace ya quince años la Fundación Ignacio Larramendi, con el apoyo de la Fundación MAPFRE, ha ido publicando en la Web.

Ahora bien, tanto la Biblioteca Virtual MAPFRE 1492, como la Biblioteca Virtual Clásicos Tavera y las bibliotecas virtuales de la Biblioteca Virtual de Polígrafos comparten la visión estratégica de Ignacio Hernando de Larramendi –que se puede consultar en su Introducción a la edición de las Colecciones MAPFRE 1492 que publicó la Fundación MAPFRE América y en la Introducción, escrita por don Ignacio en 2001 para la primera edición de Las bibliotecas virtuales FHL. En el artículo «La biblioteca virtual: función y planteamiento» se exponen, además de la visión estratégica, los planteamientos técnicos y tecnológicos.

A diferencia de la Biblioteca Virtual MAPFRE 1492, cuyos objetos digitales se crearon a partir de la digitalización de las Colecciones MAPFRE 1492, los objetos digitales de la Biblioteca Virtual Clásicos Tavera se han creado a partir de los cederrones que entre 1996 y 2002 publicó la Fundación MAPFRE Tavera, ya con la tecnología de DIGIBÍS. En la Introducción a la Biblioteca Virtual Clásicos Tavera de este mismo micrositio se pueden repasar estos extremos históricos. Las monografías que se reunieron en cada uno de los 73 discos se escanearon en modo imagen, siguiendo los estándares de la época, aunque no debe olvidarse que ya en 1999 el disco Menéndez Pelayo Digital dio un gran paso adelante cuando los textos pudieron consultarse en modo carácter. En el estado de la tecnología actual ha sido preciso llevar a cabo un proceso de reconocimiento óptico de caracteres (OCR), lo que permite buscar por cualquier palabra del texto, y generar los textos obtenidos según el formato Analyzed Layout and Text Object (ALTO) que viene a normalizar la estructura de los textos obtenidos por OCR.

Además, las imágenes y los textos se han pasado a PDF para que de esa forma cumplan con los estándares marcados por Europeana en su Europeana Publishing Framework, versión 2.0 para el nivel más alto de los objetos digitales (Tier 4). El marco de publicación en Europeana tiene como objetivo aumentar la calidad de los objetos digitales y de los metadatos para que los usuarios puedan buscar la información de una forma óptima. Europeana ha establecido cuatro niveles diferentes para el contenido, siendo el máximo el Tier C, según el cual la descripción de los objetos digitales debe incluir un enlace directo al objeto digital en la propiedad «edm:isShownAt»; la totalidad de los campos fundamentales para la búsqueda en Europeana deben disponer del atributo de idioma; al menos se tienen que ofrecer cuatro elementos descriptivos distintos que se puedan utilizar en los diferentes escenarios de descubrimiento de Europeana, tal y como esta entidad ha categorizado a los diferentes grupos de usuarios; y por lo menos dos clases contextuales, como personas, temas, lugares, etc., deben estar vinculados a vocabularios Linked Open Data. Para alcanzar el nivel máximo, Tier 4, los objetos digitales compuestos de imágenes deben tener un tamaño mínimo de 0,95 megapíxeles y se deben poder reutilizar libremente.

El tiempo dedicado a la catalogación disminuye, la visibilidad de los datos aumenta

Al lograr los máximos criterios de calidad de Europeana Publishing Framework la Biblioteca Virtual Clásicos Tavera se podrá integrar en la colecciones temáticas, exposiciones y visitas virtuales de Europeana, así como participar en las búsquedas multilingües, y con ello se podrá difundir al mayor número de usuarios finales o se podrá visualizar en plataformas y servicios externos a Europeana. También se podrá incorporar a proyectos como Historiana, o a proyectos internacionales educativos y de investigación como CLARIN (Common Language Resources and Technology Infrastructure) por medio de las búsquedas contextuales de Europeana que estarán vinculados con datos de esas plataformas. La Biblioteca Virtual Clásicos Tavera ganará de forma muy acusada en visibilidad y accesibilidad.

La Biblioteca Virtual Clásicos Tavera forma parte de la Biblioteca Virtual de Polígrafos, como un micrositio que está implementado, como toda la Biblioteca, sobre DIGIBIB y se beneficia de la versión más actualizada de este programa, desarrollado por DIGIBÍS, la 10.14.19. Esta versión cuenta, como todas las versiones anteriores, con un repositorio OAI-PMH v. 2.0 que se actualiza dinámicamente a partir de los registros bibliográficos creados por los bibliotecarios. En el mismo momento en el que un bibliotecario crea un registro, sin realizar ninguna acción más, está disponible en el repositorio OAI para su recolección.

Esta funcionalidad permite que el agregador de metadatos Hispana recolecte sin ninguna intervención, transparentemente, los metadatos, sin que sean menester procesos complementarios de extracción y tratamiento de datos. Esto evita llevar a cabo una doble catalogación, una en formato MARC 21 y otra en Dublin Core, como por desgracia ocurre en la práctica totalidad del software de bibliotecas que se utiliza en España. Se trata de una ventaja estratégica fundamental que da como resultado un incremento de la productividad; es decir, se trata de una ventaja biblioteconómica que, como el nombre indica, se refiere a la economía de las bibliotecas. DIGIBIB ha sido planeado desde su inicio para que su gestión sea muy eficiente.

Dado que Hispana es recolectada a su vez por Europeana, se pone de manifiesto la importancia de lograr los niveles máximos de calidad en los objetos digitales y los metadatos, como se ha dicho. El repositorio OAI-PMH donde se actualizan los registros de la Biblioteca Virtual Clásicos Tavera también es recolectado por OAIster, el proyecto creado en la Universidad de Michigan hace ya casi 20 años y continuado por OCLC desde 2009. Gracias a ello la Biblioteca Virtual Clásicos Tavera, al igual que todas las bibliotecas virtuales de la Biblioteca Virtual de Polígrafos y la Biblioteca Virtual MAPFRE 1492, se integra de forma transparente en el WorldCat, el mayor catálogo colectivo mundial. También, a través del mismo repositorio OAI-PMH, la Biblioteca Virtual Clásicos Tavera y sus objetos digitales se pueden consultar en repositorios como el Registry of Open Access Repository o el Directory of Open Access Repositories. Todo ello redunda en la mayor visibilidad y accesibilidad posible, como se puede comprobar en los enlaces de las estadísticas de consulta de la Biblioteca Virtual de Polígrafos del año 2020.

También se han desarrollado mecanismos para la optimización del posicionamiento de la Biblioteca Virtual de Polígrafos en los principales buscadores, como por ejemplo con la generación de sitemaps o con los enlaces persistentes de registros bibliográficos y de autoridades.

Los registros de autoridad de los XXX compiladores de las obras incluidas en los 73 cederrones, así como la totalidad de los XXX autores y las 2.254 obras están descritos conforme a la normativa RDA y la versión 27 del formato MARC 21 de registros de autoridad, bibliográficos y de fondos y localizaciones. Como se ha dicho antes, el programa DIGIBIB está planificado desde el primer momento de forma muy eficiente, por lo que todos esos registros no solamente se transforman de forma automática y transparente, con el mismo procedimiento que se transforman en el esquema Europeana Data Model v. 5.2.8, al esquema de metadatos Dublin Core, sino también a otros formatos bibliográficos como MARC XML, MODS u oai_marc, así como a estructuras de citas bibliográficas como BibTex.

Enriquecimiento de los datos y vinculación semántica

Los registros de autoridad se han vinculado y enriquecido semánticamente con diferentes vocabularios de valores, siguiendo las recomendaciones del Informe Final del W3C-Library Linked Data Incubator Group. Este informe recomendaba una serie de vocabularios de valores para realizar esas vinculaciones, aunque el proyecto crucial de la Biblioteca Nacional de España, datos.bne.es, no estaba aún disponible cuando se elaboraron esas recomendaciones, pero por supuesto es un vocabulario importantísimo para este proyecto. Sin ningún lugar a dudas estas prácticas de la Fundación Ignacio Larramendi hicieron que el W3C-Library Linked Data Incubator Group utilizara como caso de estudio la Biblioteca Virtual de Polígrafos.

Una gran novedad de este proyecto es que se han establecido vinculaciones semánticas entre la Biblioteca Virtual Clásicos Tavera, la Biblioteca Virtual de Polígrafos y la Biblioteca Virtual de MAPFRE 1492, que ponen de manifiesto que la estrategia de Ignacio Larramendi y sus fundaciones MAPFRE América y MAPFRE-Tavera, primero, y luego la Fundación Hernando de Larramendi, que a día de hoy se llama Fundación Ignacio Larramendi, ha generado y genera un entramado de obras muy relacionadas entre sí desde diferentes aspectos. Así, los registros de la Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca, la Biblioteca Virtual de la Ciencia y la Técnica en la Empresa Americana, la Biblioteca Virtual de los Viajes Científicos Ilustrados o la Biblioteca Virtual de Novatores comparten encabezamientos de materias no ya similares, sino iguales que los de la Biblioteca Virtual Clásicos Tavera o la Biblioteca Virtual MAPFRE 1492.

Esta concepción estratégica se explicitó en una comunicación en la Conferencia General de la IFLA de Puerto Rico en 2011, titulada «Data Aggregation and Dissemination of Authority Records through Linked Open Data», que posteriormente se amplió en el v. 10, n.º 8 de 2012 del Cataloguing & Classification Quarterly, en el artículo titulado «Data Aggregation and Dissemination of Authority Records through Linked Open Data in an European Context». Esa visión estratégica se aplicó a la Biblioteca Virtual de Polígrafos, lo que influyó muchísimo en que la Biblioteca Virtual Francisco Sánchez el Escéptico fuera caso de uso de Europeana Data Model.

Relación con Wikipedia y Wikidata

Esta estrategia digital se ha ampliado al mundo Wiki, es decir Wikipedia y Wikidata, porque las estadísticas de la web muestran claramente que los usuarios utilizan de forma preferente la Wikipedia para iniciar sus investigaciones, no solamente por la calidad creciente de la información, sino también por su multilingüismo. Además Google Knowledge Graph utiliza de forma transparente la información de Wikidata y Wikipedia para generar resultados de búsqueda que responden directamente a una pregunta. Por ello, la Fundación Ignacio Larramendi se ha preocupado de estar presente en Wikidata, donde existen las correspondientes entradas tanto para la Fundación, como para el propio Ignacio Larramendi o para su director de proyectos Xavier Agenjo. La Biblioteca Virtual de Polígrafos también está representada en Wikidata. Los autores y directores de la Biblioteca Virtual Clásicos Tavera, estarán también representados de forma precisa en Wikidata y así su registro de autoridad estará vinculado con su correspondiente entrada, en el caso de que esta exista.

Estas iniciativas están descritas en varios artículos de Xavier Agenjo y Francisca Hernández, «Registros de autoridades, enriquecimiento semántico y Wikidata (2018), Agregación de datos bibliográficos por medio de servicios Sparql» (2019), y «Wikipedia, Wikidata y Mix'n'match» (2020), y, sobre todo, han sido refrendados por nada menos que tres informes favorables de AENOR para proyectos de I+D+i, especialmente en los años 2016 (Recolección y reconciliación de datos abiertos), 2017 (Diseño y usabilidad de datos abiertos. Exportación, transformación y carga) y 2018 (Linked Open Data en producción en archivos, bibliotecas y museos).

La interfaz de la nueva versión de DIGIBIB se adapta a cualquier tipo de dispositivo

Por último, hay que añadir que la versión 10.14.19 de DIGIBIB cuenta con una importantísima funcionalidad, puesto que se ha desarrollado una nueva interfaz adaptativa o responsive, lo que permite la consulta de la biblioteca virtual en pantallas de ordenador y/o en dispositivos móviles de una forma mucho más elegante y accesible.

Madrid, 3 de septiembre de 2020

La intrahistoria de la Colección Clásicos Tavera

Añadimos unos textos que darán a conocer mejor la labor pionera de Ignacio Larramendi en el campo de la aplicación de las nuevas tecnologías a la cultura y a su difusión, así como la génesis, el desarrollo y los objetivos de la Colección Clásicos Tavera, junto con algunas anécdotas que nos mostrarán el carácter de don Ignacio, que no solo no se arredraba ante las grandes empresas, en este caso culturales, sino que las iba haciendo cada vez más grandes, a medida que trabajaba en ellas.

Es importante destacar la reconversión que experimentó don Ignacio a la hora de afrontar sus proyectos de edición. La Biblioteca Virtual MAPFRE 1492 parte de una extraordinaria colección de libros que se publicaron en los primeros años de la década de los noventa. En cambio, los Clásicos Tavera dieron un paso muy importante al mundo digital, basándose en los informes de sus asesores referentes a la edición digital que se estaba llevando a cabo por todo el mundo, aunque todavía de forma muy incipiente.

Pero esta idea no era nueva para don Ignacio porque, como empresario, fue de los primeros que apostó en España por la informática para desarrollar con mayor eficiencia las tareas de MAPFRE.

Don Ignacio siempre se lamentaba de que hubiera sido la SEAT la que se anticipó a MAPFRE en el uso generalizado del fax en los primeros años sesenta, él creía muchísimo en la mecanización de los procesos y la consideraba una de las reglas de oro a la hora de plantear una estrategia empresarial. Seguro que habría sido gran partidario del Machine Learning. MAPFRE utilizó de forma muy pionera la informática —aunque es discutible si fue la primera, segunda o tercera empresa española en hacerlo— y en concreto con el IBM S/360, un mainframe cuya potencia de cálculo se adaptaba perfectamente al régimen transaccional del día a día de MAPFRE.

Don Ignacio escribió una serie de libros, nueve exactamente, y centenares de artículos, informes y comunicaciones, todos ellos están digitalizados en la Biblioteca Virtual de Polígrafos, en el sitio dedicado a su vida y obra:

  • El riesgo catastrófico en los seguros personales
  • Tres claves de la vida inglesa
  • Anotaciones de sociopolítica independiente
  • Utopía de la Nueva América
  • Crisis de sociedad, reflexiones para el siglo XXI
  • Panorama para una reforma del Estado
  • Bienestar solidario
  • Así se hizo MAPFRE, mi tiempo
  • Irreflexiones provocadoras

Entre los textos publicados por don Ignacio, nos queremos fijar en esta ocasión en El reto de la nueva empresa: experiencias de un asegurador, publicado en el n.º 44 de la Revista Internacional de Economía y Empresa, en 1984.

Dentro de otro orden de cosas, quiero haceros algún comentario para el equilibrio, estabilidad y eficiencia de la "nueva empresa".

En ella la informática ha de ser fundamental. He visto que tenéis un pequeño ordenador en el que os podéis entrenar. Es indispensable, las grandes empresas, las empresas libres que nos movemos de un modo u otro con preocupaciones de competencia internacional, necesitamos estructurarnos apoyándonos en los últimos métodos y técnicas que ofrece la informática. Veo cómo mi propia empresa, dentro de quince años, necesitará muy variados y diferentes medios informáticos, muchos de ellos aún no inventados. Por eso estamos preparando la batalla de la informática, de la que ha de depender nuestra estructura. Hace quince años se hablaba de grandes ordenadores, monstruos sagrados en salas cerradas bajo muchas llaves, ahora la tendencia es la contraria, se impone la "pequeña informática", que permite una amplia distribución y que llega a todo el mundo, y no es un misterio para algunos iniciados.

La informática se pone al "servicio del hombre" y facilita la descentralización que, en definitiva, significa que muchas más personas de la empresa pueden tener puestos responsables y que la empresa. a través de ello, se hace más ágil, con mayor participación general.

Precisamente por eso todos debemos dar la gran batalla de la informática incluso aceptando riesgos probablemente excesivos, como en nuestro caso, en que hemos planteado, al mismo tiempo, cinco o seis innovaciones tecnológicas, tanto que si nos equivocamos no podré dar muchas conferencias sobre la empresa. Pero si sale bien, y eso creo, habremos dado un paso adelante sobre nuestros competidores.

[…]

La nueva informática, y la del futuro, favorece esta descentralización, del mismo modo que la informática de hace veinte años la perjudicaba, y éste es un factor que se está iniciando. pero que será muy importante en la evolución futura de la vida empresarial.

Este texto muestra claramente que don Ignacio sin tener conocimientos de informática intuyó y captó que la informática iba a pasar de una concepción centralizadora a una concepción distribuida. Nos gustaría hacer hincapié en la fecha de ese texto, 1984, cuando habiendo ya implementado un IBM S/360 veía que el futuro de la informática iba a estar basado en las redes, lo que se llamaba en aquel momento workstations, aunque aún no alcanzaran las capacidades que se han desarrollado posteriormente.

Nos gustaría citar el informe que redactó a petición de don Ignacio el jefe del Departamento de Informática, José Luis Quílez, que tuvo mucha importancia a la hora de dar el paso de las colecciones MAPFRE 1492 a los Clásicos Tavera, es decir el paso de lo analógico a lo digital, en este caso a los cederrones. Ambos proyectos ya se pueden consultar en forma de sendas bibliotecas virtuales en la Biblioteca Virtual de Polígrafos de la Fundación Ignacio Larramendi, al igual que el propio informe de José Luis Quílez, justamente por su influencia.

Diez años después, en su libro Crisis de sociedad. Reflexiones para el siglo XXI dedica un epígrafe en la página 215 a lo que llama “Las ósmosis globalizadoras” donde habla sobre la ósmosis tecnológica y la ósmosis informativa y expone la revolución que conlleva la microinformática, ilustrándolo con las actividades de la Fundación Hernando de Larramendi que en ese momento está preparando la edición de los cederrones que compusieron la Colección Clásicos Tavera. Dice lo siguiente:

Las nuevas facilidades de información y comunicación permiten percibir todo fácilmente y con instrumentos para relacionar conocimientos muy diferentes; ofrecen especial interés pues hace menos pobres a núcleos aislados por razones geográficas o políticas, a los que la información enriquece, y les dará el protagonismo de que hasta ahora carecían. Además la revolución en microinformática ha modificado radicalmente la organización de las grandes empresas, que se pensaba necesariamente centralizadas y que ahora pueden ser «ultra-descentralizadas», con beneficio para estructuras aisladas eficientes y abriendo posibilidad de trabajo a domicilio. En los próximos veinte años este fenómeno modificará radicalmente la actuación de las administraciones públicas, hoy todavía con métodos del siglo XIX, y hará posible diferenciar y juzgar fácilmente su actividad despiezada.

Por razones de diversa índole, estoy vinculado a una área de estas nuevas posibilidades, y la Fundación que presido, dedicada a la historia iberoamericana, prepara un «centro de obras de referencia» documentales, bibliográficas, o de otra clase, al servicio de historiadores y centros de investigación histórica, con digitalización y publicación en CD-ROM de libros, artículos, tesis doctorales, revistas, actas de congresos y reuniones, que se reproducirán y donarán a universidades y centros de estudios de Iberoamérica. Así, cualquiera de ellas dispondrá exactamente de la misma información referencial, periódicamente actualizada, que la acumulada en esta Fundación, y centenares de investigadores sobre Iberoamérica, de países muy alejados, tendrán a su alcance fuentes semejantes a las de un investigador de Harvard o de Sevilla. Esto facilitará acuerdos de «colaboración» con otras naciones para catalogación y preparación de «datos relacionables» de documentos manuscritos de distintas épocas y países, que hasta ahora requerían esfuerzo ingente, como el que ha realizado el Archivo de Indias, Con ello aparecerán núcleos autónomos de investigación que sin información cómoda a su alcance se hubiesen. limitado a temas locales. He citado esto en que tengo experiencia personal, pero parece normal e incluso inevitable que esfuerzos de este carácter se multipliquen, y que se amplíen, de modo hoy inconcebible, los trabajos de investigación y estudio en lugares muy apartados de los tradicionales.

La «información» permite «poder actuar», y también «poder decidir». Cuando se globalice el conocimiento, se producirán cambios socio-políticos como cuando la imprenta «socializó» el conocimiento, hasta entonces restringido, al fin de la Edad Media. Esta ósmosis no ha llegado a su límite y tiene barreras que vencer, como la del lenguaje, que de algún modo se superará, si esto se puede considerar positivo.

La ósmosis laboral será especialmente «activa» por migración de personas, o «pasiva» por desplazamiento de tareas desde países de moneda fuerte, coste alto laboral, alta protección social, hasta países de moneda difícil, reducido coste laboral y poca protección social. Este fenómeno influye en la actual crisis económica occidental, con graves reacciones negativas y fricciones, en Europa y en Estados Unidos e incluso empieza a advertirse en Japón.

La ósmosis laboral de algún modo se relaciona con la étnica, y será efecto espectacular de la globalización, que se propagará durante bastantes siglos y reducirá la prepotencia de los ricos que se verán más próximos a los pobres. Origina trastornos hasta que se estabilice un nuevo equilibrio estructural, el de la «sociedad universal» de los próximos siglos.

Con esta ósmosis se acercan pueblos Norte y Sur. Los ingresos medios de los primeros, incluyendo protección social y grado de bienestar, se reducirán, casi dramáticamente en algunos casos, aun con desviaciones en algunas áreas geográficas o sectoriales; esto producirá dramas individuales, familiares y sociológicos. Se elevarán en cambio, no es fácil prever cuanto, los ingresos promedios de pueblos Sur. Los que pierden utilizarán fórmulas para detener la marea «socio-tecnológica», buscando de modo abierto o hipócrita normas proteccionistas con repercusión política, en ocasiones profunda.

Como siempre, sí pasó de las musas al teatro y se inició el proyecto de Clásicos Tavera, que reunía unos 73 cederrones de textos fundamentales de la relación histórica entre España y América. Este proyecto empezó a hacerse en la empresa DIGIMAP con una tecnología de digitalización aún incipiente, pero que permitió escanear las más de 2000 obras que, perfectamente agrupadas, constituyeron los discos de los Clásicos Tavera.

La empresa DIGIMAP, que ya era propiedad de lo que en ese momento era la Fundación Hernando de Larramendi, se transformó en DIGIBÍS, que eso es justamente lo que quiere decir: DIGI "dos". A partir de ese momento se llevó a término de forma muy exitosa el proyecto Colección Clásicos Tavera que tuvo una gran difusión en todo el mundo, tanto a través de investigadores y especialistas, como por medio de la adquisición de la colección por parte de las bibliotecas.

Pero donde mejor se ve la relación de don Ignacio con la informática es en su obra maestra Así se hizo MAPFRE, mi tiempo, publicado en 2000. Cuando se refiere a que la Fundación Histórica Tavera creó la empresa DIGIBÍS, lo hace centrándose en la publicación de los Clásicos Tavera (p. 127), que iba a tomar cuerpo en una colección de 73 cederrones distribuidos en 10 series temáticas.

Es un proyecto para publicar digitalmente en CD-Rom áreas temáticas que incluyan materiales y obras clásicas dentro de los Proyectos Históricos Tavera. Al plantearse el tipo de obras a digitalizar y la forma de hacerlo se fue gestando la idea de crear una biblioteca digital que pusiera a disposición de instituciones, principal pero no exclusivamente iberoamericanas, libros antiguos que usualmente sólo eran accesibles en grandes bibliotecas. Clásicos Tavera pretendía reproducir en formato digital más de cuatro mil quinientas obras impresas entre los siglos XVI y XIX; formando una colección de unos ciento cincuenta CD-Roms distribuidos en diez series temáticas. Cada CD-Rom fue encargado, o lo va a ser, a un especialista responsable de la selección de las obras a digitalizar y también de elaborar una introducción explicativa. Este proyecto ha sido y es un verdadero reto, creado desde la nada, con la infraestructura necesaria para la reproducción de obras impresas antiguas, agotadas y que no es fácil se reimpriman. Un proyecto de estas características no tenía precedentes en España y, por ello, además de los problemas propios, encontramos serias dificultades para localizar y acceder a los libros que interesa digitalizar. No está siendo fácil, pero sigue adelante y creo que a lo largo de los próximos años se completará, al menos en parte, e incluso será estímulo para proyectos semejantes de la propia Fundación o de otras instituciones. Debería convertirse en una actividad básica del año 2000.

El proyecto Clásicos Tavera tiene publicados 30 volúmenes para ser donados a una selección de instituciones iberoamericanas, estando previsto publicar el próximo año unos quince volúmenes. La comercialización de estos discos está teniendo aceptación entre instituciones culturales y académicas europeas y norteamericanas, y DIGIBÍS, como empresa encargada de su producción y comercialización, está desarrollando otros proyectos similares con entidades ajenas a la Fundación Histórica Tavera. Confío en que la Colección Clásicos Tavera constituya un instrumento útil de investigación y proporcione a las bibliotecas e instituciones culturales de todo el mundo materiales básicos para la investigación de la historia y la cultura de la Comunidad Multicultural Iberoamericana.

[…]

Con una idea similar a la que me impulsó a promover el proyecto Clásicos Tavera dentro de la Fundación Histórica Tavera, se comenzó a trabajar en el desarrollo de una colección en CD-Rom que reuniera, en soporte informático, las obras completas de una selección de polígrafos europeos e iberoamericanos. Comenzamos a trabajar con Xavier Agenjo, director de la Biblioteca Menéndez y Pelayo, con la colaboración de Ignacio González Casasnovas y del profesor José Andrés Gallego, en la edición de las obras completas de este reconocido polígrafo, que constituye sin duda un proyecto tecnológico, científico y económico, que fue ejecutado por la empresa DIGIBÍS y financiado por la Caja de Ahorros de Cantabria. En estos momentos, ya terminado, ha sido presentado en Santander, Nueva York y México. Constituye un extraordinario avance para la investigación y utilización de las obras de este polígrafo.

En estos momentos estoy promoviendo la continuación del proyecto, con la edición digital de las obras completas de Ramón Llull, Francisco Mayans, Melchor Gaspar de Jovellanos, Rafael Altamira, Francesc Eiximenic, Arnau de Vilanova, Jaime Balmes, Eugenio d’Ors, Verdaguer, y posiblemente Martín de Riquer y Miguel Batllori, muchos otros, incluso iberoamericanos, como Andrés Bello y Alfonso Reyes.

Pienso que este tipo de proyectos tendrá una enorme repercusión a lo largo del siglo XXI, siendo una acción comparable a la que en su día supuso la llamada Escuela de Traductores de Toledo de Alfonso X el Sabio, que contribuyó a transferir la cultura helénica a España y Portugal, a través de la cultura árabe. Con Polígrafos se pondrá a disposición de todos los estudiosos del siglo XX el pensamiento de autores de nuestra cultura durante más de cuatro siglos, que se encuentra en obras ya agotadas, difíciles de consultar, y que no es fácil se reimpriman…

En la misma obra hace referencia a la digitalización de catálogos de archivos para que se puedan difundir a través de cederrón y de Internet. Como bien decía don Ignacio, la Fundación Histórica Tavera y DIGIBÍS ya tenían experiencia en esas tecnologías y se empezaron a realizar y publicar no ya proyectos propios sino encargos de terceros, como por ejemplo del Museo Naval o del Archivo del Reino de Valencia. Para estos proyectos se desarrolló el programa DIGIPRESV que dirigió Tachi Hernando de Larramendi y en el que tuvo una destacadísima participación Jesús Domínguez Muriel. DIGIPRESV está en la base de nuestros desarrollos posteriores, nuestros programas DIGIBIB, DIGIARCH, DIGIHUB y DIGIMÚS, así como del programa DIGIOUT, aunque lógicamente lo han superado completamente en amplitud, complejidad y tecnología.

En el porfolio de la empresa DIGIBÍS se enumeran y detallan las funcionalidades de esos programas, así como otros servicios que presta la empresa, como el servicio de digitalización enriquecida que ya sobrepasa los 30 millones de páginas digitalizadas.

Su boletín semestral DIGLICLIC da cumplida cuenta de los muchísimos proyectos de implementación de nuestro software, así como de los proyectos de digitalización que adjudicados mediante concursos públicos hemos ido realizando a lo largo de estos años, entre ellos la digitalización de la Biblia de Gutenberg en la Biblioteca Pública de Burgos (uno de los dos ejemplares que tenemos en España) o las Glosas emilianenses de la Real Academia de la Historia que recogen, como es sabido, dentro de un códice medieval, las primeras palabras escritas en castellano y en euskera.

En su día presentamos el programa DIGIPRESV para su certificación por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), como proyecto de I+D+i, lo que nos fue reconocido como tal en 2005. El proyecto se denominó "DIGIPRESV, gestión y preservación de archivos documentales" (2000-2002). Desde entonces DIGIBÍS ha presentado todos sus proyectos anualmente para su certificación por AENOR y reciban el informe motivado vinculado del ministerio competente, en la actualidad el Ministerio de Ciencia e Innovación. La relación de los proyectos que tenemos reconocidos hasta la fecha muestra claramente la evolución tecnológica de DIGIBÍS desde ese proyecto pionero de edición digital de los Clásicos Tavera:

  • SchemaOrg IIIF y BIBFRAME para bibliotecas digitales (2019)
  • Linked Open Data en producción en archivos, bibliotecas y museos (2018)
  • Diseño y usabilidad de datos abiertos. Exportación, transformación y carga (2017).
  • Recolección y reconciliación de datos abiertos (2016).
  • Archivos digitales y datos abiertos (2015).
  • Patrimonio cultural en la Web Semántica (2014).
  • Interfaces de consulta de Archivos, Bibliotecas y Museos en la Web de los Datos (2013).
  • DIGICLOUD: Patrimonio cultural digital en la nube (2012).
  • Gestión de objetos digitales y metadatos en Linked Open Data (2011).
  • Gestión de objetos digitales: Nuevos modelos conceptuales y funcionales (2010).
  • Gestión de objetos digitales, accesibilidad e interconexión de bibliotecas digitales (2009).
  • Normalización de procesos de digitalización e interoperabilidad de bibliotecas digitales (2008).

AristótelesEn el año 2018 tuvimos la satisfacción de que DIGIBÍS fuera reconocida con el sello de PYME Innovadora. Esta es una prestigiosa acreditación que otorga ahora el Ministerio de Ciencia e Innovación y que supone el ingreso en el Registro de la Pequeña y Mediana Empresa Innovadora dependiente de la Dirección General de Innovación y Competitividad del Ministerio de Economía y Competitividad. La distinción, regulada en la orden ECC/1087/2015 de 5 de junio, se concede a aquellas PYMES que cumplan con algunas de las condiciones que establece dicha orden en el epígrafe «Ámbito de aplicación».

Las ordena en tres apartados:

a) empresas que hayan recibido financiación pública en los últimos tres años, sin haber sufrido revocación por incorrecta o insuficiente ejecución de la actividad financiada,

b) empresas que hayan demostrado su carácter innovador, mediante su propia actividad,

c) empresas que hayan demostrado su capacidad de innovación mediante alguna de las certificaciones oficiales que se mencionan en la orden mencionada más arriba.

Don Ignacio cierra Así se hizo MAPFRE con las últimas actividades de la Fundación Hernando de Larramendi, entre las que destacan, la Biblioteca Virtual de Clásicos Tavera, la Biblioteca Virtual de Polígrafos, la Biblioteca Virtual de Aristóteles y sus Comentaristas y la Biblioteca Virtual de Pensadores Tradicionalistas. Y tiene en su epílogo una especial mención a la edición en cederrón de las obras completas de Marcelino Menéndez Pelayo, denominado "Menéndez Pelayo Digital (1999)", obra que consideraba un logro no sólo cultural, sino también tecnológico. Tachi Hernando de Larramendi llevó a cabo la dirección técnica y sobre todo impulsó con la ayuda de Jesús Domínguez y Xavier Agenjo la codificación en HTML de los textos, lo que fue un paso muy importante en el etiquetado de la información bibliográfica y era, además, una novedad radical en España, con muy pocos precedentes en el mundo. A pesar del tiempo transcurrido, ya más de 20 años, esta edición no ha sido superada.

Mi deseo en estos momentos es la profesionalización y consolidación definitiva de DIGIBÍS como empresa casi de carácter familiar, con protagonismo de mis hijos y dedicada a desarrollar principalmente proyectos con Fundaciones y entidades de carácter cultural y académico. El último producto de esta empresa, de la cual me siento orgulloso, ha sido el CD-Rom con las obras completas de Marcelino Menéndez y Pelayo, al que ya he hecho referencia, y que considero un logro no sólo cultural, sino también tecnológico.

Además, me satisface mucho señalar que en el año 1999 DIGIBIS ha tenido beneficio, absolutamente real, que lógicamente se incrementará en los próximos años y que espero llegue a tener en el siglo XXI una posición digna en el área a que se dedica. Para mí es muy importante que la última actividad empresarial que he emprendido en mi vida, de un carácter original e innovador, se desarrolla con éxito y constituye mi última acción en el área empresarial, a la que me he dedicado desde 1952.

Don Ignacio participó en la creación de lo que se llamó inicialmente la Biblioteca Virtual de Derecho Foral Aragonés, muy en consonancia con su ideario tradicionalista, pero no vivió para conocer los resultados: la edición de una serie de cederrones producidos por DIGIBÍS en 2003. Como se puede apreciar en la ilustración, su título cambió a Biblioteca Virtual de Derecho Aragonés y estaba compuesta por una caja con un libro de presentación y nueve discos con 304.000 imágenes asociadas a las fichas catalográficas de cada texto. Hoy se puede acceder en línea desde la Biblioteca Virtual de Derecho Aragonés, en el apartado Biblioteca Virtual de Derecho Civil Aragonés, que está implementada en nuestro software DIGIBIB y que, al igual que Menéndez Pelayo digital, está considerada un logro tecnológico.

 

BIVIDA

En el libro Mecenazgo cultural de Ignacio Larramendi se recogen testimonios de colaboradores de don Ignacio, entre los que destacan el de Ignacio González Casasnovas, el del profesor José Luis Villacañas y el de Xavier Agenjo por su interés informático. Los reproducimos a continuación.

Texto de Ignacio González Casasnovas

La Fundación Herrando de Larramendi: bibliotecas para un futuro digital

Mientras los volúmenes de Clásicos Tavera –con sus cientos de obras esenciales para la historia de España y de Iberoamérica digitalizadas– y otras realizaciones de la Fundación Histórica Tavera continúan llegando regularmente, a lo largo de 1996 y 1998, a decenas de instituciones iberoamericanistas, Larramendi vuelca progresivamente su actividad personal hacia esas facetas empresariales de la edición electrónica. De hecho, ya prácticamente desde los primeros meses de 1998 puede afirmarse que reduce su intervención ejecutiva en la Fundación Histórica Tavera, aunque no su dedicación ni la entrega y el esfuerzo que dedica a difundir sus objetivos y fomentar contactos institucionales.

Pero tampoco puede negarse que su ánimo empieza a ser visitado, cada vez con más frecuencia, por una cierta sensación de cansancio. Tras una década de trabajo apasionado promoviendo, con un enorme esfuerzo personal, una determinada visión de lo iberoamericano y algunas de las opciones culturales con las que trazar un futuro más sólido, Larramendi sintió a veces, en esta etapa final, la punzada del fracaso. Es cierto que algunos de los puentes que intentó tender en estos últimos años no prosperaron, sobre todo fuera de España, y que, al mirar alrededor, se veía a sí mismo demasiado solo en la escena de un mecenazgo cultural despegado de lo iberoamericano. Resulta innecesario señalar que no puede hablarse de fracaso, y que ese desaliento por el que, pese a todo, nunca se dejó vencer, estaba motivado por la distancia entre sus logros (tantos y tan notables) y las metas, tan ambiciosas y, a veces, utópicas, que se había asignado.

Motivado en parte por esa sensación, por su debilitada salud y por el creciente esfuerzo que le reclama la promoción de DIGIBÍS, junto a la necesidad de establecer claras divisorias entre sus actividades empresariales e institucionales, a lo largo de 1998 don Ignacio comienza a planificar su retiro definitivo de la Fundación Histórica Tavera. Una decisión dura y difícil que encuentra la inmediata contestación de cuantos –patronos, amigos, colaboradores, etc.– tienen conocimiento de ella, y ante la cual Larramendi se mostrará inamovible. Finalmente, el 19 de enero de 1999 presenta al Patronato de la Fundación su dimisión como vicepresidente ejecutivo de la misma.

No será una decisión fácil:

No oculto que éste es un momento triste para mí, aunque indispensable para mi propia realización personal, pero estoy satisfecho de mi labor, aunque la hubiese deseado más amplia y fructífera.

Tan remiso a reconocer sus virtudes, en el momento de despedirse de Tavera no pudo evitar, sin embargo, dejar constancia de su satisfacción por el esfuerzo realizado:

Tengo la convicción de que nuestra actuación ha sido positiva entre instituciones culturales y académicas, iberoamericanas y de la Península Ibérica, a quienes hemos dado a conocer aspectos de "nuestra memoria histórica" sin parangón con cualquier otra acción de esta clase. También lo ha sido la labor de aglutinación de instituciones de América y Europa, aisladas entre sí a veces en su mismo país, a través de la Fundación Histórica Tavera, no sólo dentro de su Patronato sino en actuaciones concretas, y que reciben y leen nuestras publicaciones.

A partir de entonces –anunciaba– se iba a entregar, de lleno, a actividades personales. El verdadero sentido de una expresión como "actividades personales” resultaba, sin embargo, muy difícil de entender para don Ignacio. Si bien desde entonces se dedicaría con más intensidad a la escritura, pudo completar el torrencial y sincero balance consigo mismo que supone Así se hizo MAPFRE, Mi tiempo, el plazo transcurrido desde la retirada de la Fundación Histórica Tavera hasta su fallecimiento, apenas dos años y medio después, volverá a mostrar al Larramendi emprendedor y tenaz, comprometido con proyectos que exceden a sus fuerzas tanto como a sus recursos y de los que, pese a todo, obtiene resultados sorprendentes.

El instrumento de este último esfuerzo va a ser la Fundación Herrando de Larramendi, una fundación familiar que el propio don Ignacio había promovido en 1987 corno tributo a la memoria de su padre, Luis Hernando de Larramendi, y cuyos principales objetivos son el impulso de estudios sobre el carlismo y el fomento de acciones caritativas hacia los sectores sociales menos favorecidos.

Reyes y Bello

Apoyado en ella, y sobre todo con posterioridad a su retiro de la Fundación Histórica Tavera, don Ignacio se lanza –otra vez– a poner en marcha un ambicioso grupo de proyectos. Bajo el nombre genérico de Bibliotecas Virtuales FHL [Fundación Hernando de Larramendi], y en compañía de algunos de sus más veteranos asesores, diseña un conjunto de "bibliotecas digitales" en las que de inmediato salta a la vista, al contemplar el proyecto, su aire entrañablemente "larramendiano”: las cuatro "bibliotecas" que lo integran aspiran a recuperar, a través de un número variable de ediciones electrónicas, la documentación histórica de las catedrales españolas, la obra de Aristóteles y sus comentaristas, el pensamiento tradicionalista español y, sobre todo, las aportaciones de una extensísima nómina de pensadores, ensayistas, literatos, historiadores, etc., tanto de España y Portugal corno de Iberoamérica, englobados. bajo la menendezpelayiana etiqueta de “polígrafos":

[…] constituirá, cuando se termine (mi propósito sería lograrlo en menos de diez años, con ayuda de otras fundaciones y patrocinios), una excepcional aportación a la historia de nuestro pensamiento ibérico, que se convertirá en pieza indispensable del saber y el conocimiento en el milenio que comienza.

Es casi seguro que cuando escribió, para la "Introducción" al folleto de las Bibliotecas Virtuales FHL, las líneas anteriores, era plenamente consciente de disponer de mucho menos tiempo que esos diez años que solicitaba. Pero, como en todas sus empresas culturales, tan importante como lo que hacía directamente resultaba para él lo que programaba, lo que ofrecía a otros –a todos– como propuesta para hacer, como obra colectiva y siempre desde una perspectiva solidaria y desinteresada de la acción cultural:

Por mi parte, en tanto mi salud me lo permita, me propongo dedicar la totalidad de mi tiempo a colaborar en estos proyectos, para que puedan continuar su marcha después de mi incapacidad o fallecimiento.

En este sentido, y como apuntan estas conmovedoras líneas, resulta emocionante evocar la intensa implicación personal de don Ignacio, en los dos últimos años de vida, en los proyectos que conforman las Bibliotecas Virtuales FHL. Cuando ya la enfermedad se hacía sentir sin tregua, en los últimos meses del año 2000, aún encontró ánimo para emprender, en compañía de su esposa Lourdes, una de esas "giras" de trabajo llenas de citas, preguntas y propuestas, en este caso para promover, entre algunas de las principales sedes catedralicias, el proyecto de recuperación de sus archivos históricos. Un viaje agotador del que regresaría tocado. Pero será sobre todo el ambicioso programa de los Polígrafos el que durante esta etapa final absorba, casi obsesivamente, sus esfuerzos. Las mermadas energías que hasta pocas semanas antes de fallecer puso en juego serán suficientes, sin embargo, para asegurar la continuidad inmediata de los proyectos en curso, afianzar algunas relaciones institucionales de especial relevancia y consolidar los equipos de trabajo destinados a proseguir la tarea.

En la vastedad de sus objetivos, en la multitud de colaboradores movilizados, en la complejidad de las alianzas institucionales que implicaba y, sobre todo, en la generosidad universal con que contemplaba sus resultados, los últimos proyectos de don Ignacio –estas Bibliotecas Virtuales FHL– representan la lógica continuación de sus principales empresas culturales (Colecciones MAPFRE 1492, Clásicos Tavera) y encarnan, con esa tan peculiar y contundente claridad de sus planteamientos, la aspiración utópica y solidaria que animó todas sus realizaciones:

Con esto, se va a ofrecer a numerosos y muy diversos estudiosos el pensamiento completo de autores principales, que será donado para ir creando bibliotecas virtuales propias de un centro académico, de manera que puedan acceder a esos autores los que en ellos trabajen, y en orden a mantener este gran conjunto de información durante los próximos siglos.

Todos sus logros vitales –y, quizá, de manera especial, los derivados de su mecenazgo cultural– partieron de esa pulsión titánica, de esa tentación de la magnitud que formaba uno de los principales rasgos de su carácter. Gracias a ella, y a su desprendimiento, su desaparición no deja tras de sí únicamente el irreparable pesar por la ausencia de su empuje y su alegría: junto a un rico y abundante legado de realizaciones culturales nos deja, sobre todo, el ejemplo, imperecedero, de su ilimitada pasión iberoamericanista.

Texto de José Luis Villacañas

La de Don Ignacio fue una de las primeras visitas que recibí en mi despacho oficial de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas de la Generalidad Valenciana. Fue hacia el mes de septiembre de 1999 y pronto tuve la impresión de que no iba a ser una más entre tantas entrevistas. Las múltiples conversaciones que desde entonces mantuvimos, y los proyectos que la Fundación Hernando de Larramendi y la Generalitat Valenciana bien pronto iniciaron, lo testimonian con claridad. Para nuestra tristeza, el resultado de estas empresas no lo verá su promotor, pero al mantenerlas y desplegarlas se me concede la posibilidad de expresar la estima y el respeto que don Ignacio me produjo desde los días mismos de nuestro primer encuentro.

Él venía a mi despacho con algunas propuestas, y por qué no decirlo, con ciertas quejas. La Fundación había editado algunos discos compactos con un muy somero inventario de algunas series del Archivo del Reino, donde se deposita la documentación de la administración real de la Corona de Aragón relativa al antiguo reino de Valencia. Las posibilidades de trabajo y colaboración se habían quedado reducidas a este primer esfuerzo, sin continuidad ni despliegue. Entonces me presentó la serie de fuentes de la historia de España, y del pensamiento político español, editadas en CD-ROM por DIGIBÍS, con la colaboración de la Fundación Histórica Tavera. Desde ese mismo momento, sin duda por la cercanía de esos materiales con mis intereses profesionales y culturales, percibí la importancia de aquella entrevista y de la necesidad de explorar con franqueza los intereses convergentes de nuestras instituciones.

Este primer paso animó desde luego a don Ignacio, y nuestra conversación fluía con las certezas de la reciproca sensibilidad por nuestro trabajo. Aunque he de reconocer que siempre me pareció hombre capaz de defender su posición ante circunstancias difíciles, me alegraba verle seguro de que era escuchado con sincero interés. Fue entonces cuando me presentó su gran proyecto de “Polígrafos españoles”. Aunque era una documentación que no me había enviado por anticipado para su estudio, sin duda atendiendo a reservas de las que ya he hablado, me la presentó en nuestra primera conversación, adjuntándome una lista de los más grandes autores españoles organizada por autonomías. Era evidente que allí había un trabajo bien pensado y una estrategia política viable. Luego he sabido que a este trabajo de documentación no era ajeno don Xavier Agenjo. Creo que la entrevista llegó al punto álgido de simpatía cuando, al ver en la lista de polígrafos el nombre de Ramiro de Maeztu, le comenté que acababa de corregir pruebas de un ensayo amplio sobre el publicista alavés que pronto vería la luz en la casa Espasa Calpe.

MayansDesde entonces decidimos que la Dirección General del Libro, a través de la recién creada Biblioteca Valenciana, colaboraría en la serie de “Polígrafos españoles", produciendo la edición digital de los valencianos. Como es natural, hicimos una primera selección. Puesto que era preciso comenzar por los ms grandes, decidirnos iniciar los trabajos por Gregorio Mayans, para lo que se contaba con la colaboración inestimable del Dr. Antonio Mestre. La obra completa del erudito de Oliva ahora está a punto de ultimarse, con el mismo formato del disco dedicado a Menéndez Pelayo. Nuestra previsión incluye editar a Juan Sempere Guarinos, tan relevante en el paso de la ilustración al primer liberalismo; a Rafael Altamira, que tan decisivo resulta para comprender la crisis de la Restauración y el republicanismo procedente de la Institución Libre de Enseñanza. También, pronto empezarán los trabajos relacionados con Juan Luis Vives. La obra del abate Juan de Andrés, tan decisiva para entender la continuidad de la cultura de los jesuitas expulsos del siglo XVIII con la cultura del interior y con la cultura europea, también forma parte de nuestras perspectivas de futuro. Sabemos que todo esto llevará tiempo. Si nos entregamos a la enumeración sencilla de todos estos arduos trabajos es porque así parece que revivirnos el entusiasmo y la energía de don Ignacio, que parecía volar por el tiempo cuando imaginaba todas estas tareas como si ya estuvieran mágicamente ultimadas.

En realidad, el proyecto de "Polígrafos españoles" es de una necesidad y oportunidad radical y por eso resultaba tan fácil llegar a ciertos acuerdos en nuestra conversación. Si el proyecto encontrara la ayuda y la financiación adecuadas, y si otras autonomías se sumaran al mismo con decisión, sería una obra sin igual desde los tiempos de Rivadeneyra y la Biblioteca de Autores Españoles. Que este fuera el sueño de un hombre que, por lo demás, ya había entregado a su país beneficios tan intensos desde el punto de vista profesional; que con este proyecto, capaz de agotar las fuerzas de un hombre joven, alejara una muerte que, desgraciadamente, ya rondaba sus días, todo esto nos permite comprender hasta qué punto don Ignacio apostaba por la vida, por el trabajo y por nuestra historia común. A todo esto, profesaba una intensa y sencilla fe, que todo bien nacido ha de compartir. En esto se fundó el respeto y la admiración que le profesé, por muchas que fueran las distancias que podían presentirse entre dos personas que pertenecían a generaciones y tradiciones tan distintas corno nosotros, distancias que como es natural jamás ninguno de los dos necesitó investigar. Allí bastaba la rotundidad del argumento principal: ambos creíamos preciso dar a conocer a todo el mundo hispánico una edición digital de nuestros clásicos.

Saber que, apostando por este proyecto tan útil, además, honrarnos su memoria, constituye un motivo añadido para impulsar en el futuro esta urgente y necesaria empresa. Ambas cosas van asociadas ya para siempre y creo legítimo pensar que la simpatía que se generó entre nosotros, justo a través de este trabajo cultural, concierne a lo fundamental no a lo accesorio. Se trata de una simpatía basada en la profunda condición común de españoles, y por ello implicados en la defensa y el conocimiento de nuestra historia intelectual. A este respecto, deseo acabar con el recuerdo de un hecho que me conmovió, aunque pertenezca al ámbito de lo personal. Cuando finalmente se presentó mi libro Ramiro de Maeztu y el ideal la burguesía española en la Residencia de Estudiantes, un libro extraño y difícil, quizás escrito desde ninguna arte, como dicen los ingleses, allí estaba don Ignacio, en primera fila. Una hilera de butacas más allá había dos frágiles personas que no conocía, pero que al final se presentaron corno don Juan Marichal y doña Solita Salinas, En un momento estuvimos allí los cuatro hablando, reunidos por la dedicación a nuestra historia y quizás hermanados en una misma piedad por sus tragedias, hoy tan lejanas. Esta nueva España, que en un momento me parecía humildemente simbolizada en ese, pequeño corro, sin duda debe también mucho a don Ignacio y a tantos hombres como él. Por eso su recuerdo nos compromete de forma intensa y definitiva.

Texto de Xavier Agenjo

Se recoge aquí, también, el testimonio de Xavier Agenjo, en el que se detalla la creación del proyecto de la Biblioteca Virtual Menéndez Pelayo de Polígrafos Españoles, así como las aportaciones de don Ignacio al que sería el último de sus proyectos completamente digital, proyecto que constituye, a día de hoy, la Biblioteca Virtual de Polígrafos, caso de estudio del W3C y de Europeana, que ha sido desarrollado totalmente por DIGIBÍS:

Pero al mismo tiempo que elaboraba esta obra monumental y era capaz de mantener un extraordinario epistolario, dirigir los métodos de la investigación histórica en la desde entonces muy prestigiosa Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos o establecer sustanciales cambios en la biblioteconomía española desde 1901, aunque estos sean muy poco conocidos o reconocidos, don Marcelino emprendió en paralelo una acción extraordinaria; reunir en una biblioteca, en su biblioteca, todos aquellos clásicos olvidados del pensamiento español que pudo conseguir. Y al final de su vida los legó al Ayuntamiento de Santander, pues consideraba que allí estaba reunida en gran parte la ciencia española, es decir, una de las raíces de la personalidad de España. De su biblioteca decía que era la única de sus obras de la cual no se declaraba completamente insatisfecho. Sin embargo, y pensando en el entorno del siglo XXI, era necesario dar un tercer paso en la metodología de Don Marcelino, el primero había sido redactar una bibliografía, el segundo reunir las obras citadas en aquella bibliografía y el tercero…

Ahí me interrumpió Ignacio, que lo había comprendido instantáneamente: (dijo), hay que digitalizar todos esos fondos para hacerlos accesibles internacionalmente y de forma muy especial en Hispanoamérica y además, continuó, incluir una amplia bibliografía sobre cada uno de los temas y, por último, añadir la digitalización de libros modernos que aclarasen aquellos autores clásicos. Creo que después de aquello pedimos una copita de anís.

Menéndez Pelayo-cajaE inmediatamente manos a la obra. Quien haya trabajado conjuntamente con don Ignacio Hernando de Larramendi sabe que es imposible seguir su ritmo; yo desde luego no pude en muchas ocasiones, lo que motivaba su enfado y disgusto y me lo decía con toda claridad y a veces, lo que era peor, con algunas notas de ironía. Aun así, fuimos capaces de diseñar el proyecto que, siguiendo la lógica del concepto antes expresado, se llamaría Biblioteca Virtual Menéndez Pelayo de Polígrafos Españoles. Escogimos la palabra polígrafos porque así la había utilizado en cierto momento don Marcelino y era lo bastante ambigua como para amparar a filósofos y científicos, a médicos y teólogos, a ensayistas y exploradores. Pronto empezamos a confeccionar amplias listas de lo que iba a ser aquella Biblioteca Virtual de Menéndez Pelayo: hasta 14 borradores distintos llegó a haber. Mientras tanto, desde DIGIBÍS y con el apoyo de la Fundación Histórica Tavera y la financiación de la Caja de Ahorros de Cantabria y la propia Fundación Hernando de Larramendi, empezamos a preparar el Menéndez Pelayo Digital (1999), que no sólo era una edición en modo carácter de las Obras completas, el Epistolario y una amplia bibliografía sobre don Marcelino, sino que nada más proponérselo aceptó la estructuración en HTML, en un golpe de intuición. Un día, cuando íbamos por la lista 8 o 9, quizá la 10, me dijo que nos quedábamos cortos con todo aquello y que él había concebido otras tres bibliotecas virtuales, la “Fernando de Melo” de Polígrafos Portugueses, la “Andrés Bello” de Polígrafos Hispanoamericanos” y la “José Anchieta” de Polígrafos Brasileños, y que ya podía empezar a redactar las introducciones y a confeccionar las listas, pues él se estaba ya moviendo, visitando la Universidad de Coimbra, la Biblioteca Nacional de Lisboa, el Colegio de México…, y la verdad es que es imposible decir con cuántas instituciones y con cuántos especialistas fue capaz de ponerse en contacto en un par de años.

Visitó todas las Comunidades Autónomas y estableció convenios de colaboración con todo tipo de instituciones. Le he visto convencer en menos de media hora a Manuel C. Díaz y Díaz, con quien previamente no había cruzado más que una carta, para que se sumara al proyecto, y lo mismo puedo decir de los más eminentes estudiosos de la historia de España: Antonio Mestre, Antonio Pérez Martín, Martín de Riquer, el padre Batllori, López Piñero, con quien en un año estrechó una amistad ejemplar, hasta concluir una reunión en julio de 2001 con la Sociedad Vascongada de Amigos del País que, con Tellechea Idígoras a la cabeza, se sumaron entusiasmados al proyecto.

En las últimas semanas de su vida recibió en su casa a todo tipo de especialistas. Recuerdo dos o tres semanas antes de su muerte una reunión con Francisco Asín para revisar el estado en el que se encontraba el proyecto sobre Rafael Altamira. Al mismo tiempo que esto (parece imposible sólo escribirlo), movió otros proyectos gigantescos como el de “Catedrales”, dirigido por mi buen amigo José Andrés-Gallego, o el de “Comentaristas de Aristóteles” a cargo del profesor Rus o, cómo no, “Pensadores Tradicionalistas” bajo la dirección de Miguel Ayuso. A la vez, con tenacidad pasmosa, publicaba libros impresionantes como Así se hizo MAPFRE o Irreflexiones provocadoras, siempre agudas. En este su último libro, hablaba de la madre de todas las crisis. ¿Qué habría pensado del 11 de septiembre?, ¿la habría identificado con aquélla? Él, que tan de acuerdo se mostraba conmigo, pues en último término no hacíamos más que seguir a don Marcelino, en esforzarnos por incluir a los polígrafos andalusíes y a los polígrafos sefardíes, pues no en balde en Al-Andalus y en Sefarad –como sabe el lector ambos términos se refieren a España en las lenguas árabe y judía–, habían florecido los pensadores musulmanes y hebreos más racionales, más tolerantes, más sabios en suma. Y, tal vez, no todo lo conocidos en sus culturas de origen, a las que pertenecen, tanto como en la nuestra.

Tras la muerte de Ignacio, la Fundación Hernando de Larramendi, y seguramente Tavera o MAPFRE, y, sobre todo, la legión de sus muchos amigos, colaborarán para llevar a buen puerto el proyecto que se había fijado y que con el nombre de Bibliotecas Virtuales Fundación Hernando de Larramendi será cada día más conocido. Sin embargo, yo no puedo por menos de confesar que siento cierto desaliento ante la magnitud de la tarea y que se me hace enorme la ausencia de aquel hombre bueno y sabio que se divertía trabajando, siempre con un buen fin.