Sacerdote en Valencia, donde fue beneficiado de la catedral de la ciudad, matemático y físico, Baltasar de Íñigo fue protagonista activo de la renovacion científica de Valencia, o del llamado foco valenciano de los Novatores. Íñigo asistía a las reuniones celebradas en la casa del marqués de Villlatorcas, donde entró en contacto con otros intelectuales de la época, hasta el punto de trasladarlas a su casa y celebrar en ella las primeras reuniones de la Academia Matemática Valenciana (la primera sesión está fechada en 1867). De Baltasar Iñigo apenas se conserva un cuaderno, inédito, y algunos libros que pertenecieron a su biblioteca y contienen anotaciones suyas. Pero conocemos su papel en el foco valenciano a través de los escritos de algunos de sus coetáneos, como Corachán, Gregorio Mayans o Bordázar, quienes lo consideraban un maestro o preceptor.