Los textos que configuran esta edición digital

Menéndez Pelayo Digital y logos de la Fundación Ignacio Larramendi y de DIGIBÍS

LA EDICIÓN NACIONAL DE LAS OBRAS COMPLETAS DE MENÉNDEZ PELAYO

Miguel Ángel Garrido Gallardo
Instituto de la Lengua Española (CSIC).

 

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas, nacido tras la contienda civil de 1936-1939 para dar continuidad a la labor que venía desarrollando en España la Junta de Ampliación de Estudios, abordó enseguida en el campo de las Humanidades la tarea de editar las obras completas de Menéndez Pelayo, ampliando hasta la exhaustividad el proyecto que el maestro no había hecho más que comenzar cuando le sorprendió la muerte y que había continuado con singular acierto D. Adolfo Bonilla y San Martín y luego D. Miguel Artigas.

El CSIC se propuso hacer una edición digna de la importancia del material editado y encargó seguir con la dirección del proyecto a D. Miguel Artigas, Director de la Biblioteca Nacional y asumir la tarea de edición propiamente dicha a D. Enrique Sánchez Reyes, Director de la Biblioteca "Menédez Pelayo". Un copioso índice onomástico y de materias habría de facilitar la consulta de una obra tan extensa, tan varia y tan compleja como es la de D. Marcelino.

Artigas fallece mientras se está editando el tomo II de la Historia de las Ideas Estéticas y es sustituido por D. Ángel Sánchez Palencia, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Madrid, que alcanza a preparar los tomos de la Bibliografía Hispano-latina clásica. D. Rafael de Balbín Lucas, que, desde su responsabilidad de directivo del CSIC, había alentado siempre esta publicación, le sucede en 1952.

Entresaco estos nombres, porque es justo mostrar el debido agradecimiento a los que los que hicieron posible la adecuada conservación y difusión de este tesoro. En particular, D. Enrique Sánchez Reyes prestó un servicio impagable de principio a fin. En reconocimiento, Balbín dispuso que una tercera edición de la biografía de Menéndez Pelayo, publicada años atrás por Sánchez Reyes, constara como un tomo más, el LXVI (1974) de la colección, y último, si se tiene en cuenta que sólo quedaban por salir las traducciones de las obras de Shakespeare que, con estudio preliminar de D. Esteban Pujals, constituyeron el tomo LXVII aparecido en el mismo año.

No me cabe duda de que si el propio D. Marcelino hubiera podido llevar a cabo la edición de sus Obras Completas, hubiéramos perdido muchos textos juveniles, menores u ocasionales que se nos ofrecen aquí. Es natural en el autor ese deseo de decoro. Sin embargo, los investigadores hemos de agradecer a los responsables de la edición el afán de exhaustividad que nos permite detectar pistas y antecedentes y contextualizar las aportaciones fundamentales del maestro.

La agrupación hecha de las obras en series es, sin duda, opinable, pero en ningún caso menos adecuada de la que ya había previsto D. Marcelino para su más limitado propósito. Personalmente no abrigo más que una aprensión: yo hubiera preferido que el fundamental volumen de Horacio en España no hubiera diluido su título exento en la serie Bibliografía Hispano-latina clásica.

A estas alturas, no hace falta señalar ni la importancia del ingente legado de D. Marcelino, ni el inevitable envejecimiento de algunas aportaciones o planteamientos. No me resisto, sin embargo, a recordar, al menos, la significación actual de su obra respecto de la historiografía de la literatura y la cultura en español.

Menéndez Pelayo se había planteado abordar todo lo pendiente de estudio en este vasto territorio, entendido además en su más amplio sentido: en el tiempo, desde la España Romana y en cuanto al espacio, abarcando toda la península (también Portugal) y sus conquistas.

Ni una capacidad ciclópea como la suya pudo con el intento, pero, además de muchos estudios definitivos, legó el mapa completo de los caminos por donde se había de transitar. Por lo que hace a la historia de la literatura, el siglo XX se ha gastado íntegramente en avanzar por esos recorridos.

En los umbrales del siglo XXI, las obras completas de Menéndez Pelayo son imprescindibles, pues, por tres razones: por la calidad de sus monografías, por su condición de guía de las investigaciones que se han hecho en el siglo XX y por su posible aprovechamiento como índice de lo que queda todavía por investigar.

La edición nacional de las obras completas de Menéndez Pelayo es sin duda una de las aportaciones más importantes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en el campo de las Humanidades. Su publicación en soporte electrónico va a permitir mantener en estado de vigilia una obra ingente ya agotada y que por su propia magnitud era difícil de poner al alcance de las nuevas generaciones. Por eso, cuando la Fundación Tavera y las otras beneméritas instituciones que patrocinan este proyecto solicitaron el correspondiente permiso a la presidencia del CSIC, César Nombela no dudó ni un instante en concederlo.

Piénsese, por fin, en lo que esta edición electrónica aporta de nuevo. Los índices que ya poseía la edición nacional han potenciado si cabe el mecanismo de búsquedas que las nuevas tecnologías proporcionan. Ahora, cuando convenga, será posible en sentido estricto rastrear cualquier cuestión en las obras completas de Menéndez Pelayo. No es preciso ponderar cuánto habremos de agradecer tal adelanto.

EPISTOLARIO

La recopilación y edición de la extensa correspondencia mantenida por Menéndez Pelayo a lo largo de su vida fue, ya desde los años inmediatos a su fallecimiento, una empresa de máxima prioridad para todos aquellos implicados, con mayor o menor cercanía, en el recuerdo o el estudio de la figura de Menéndez Pelayo. La dimensión de esa correspondencia y, sobre todo, el que en ella se hallasen presentes tantos y tan diversos protagonistas de la vida pública y la cultura española de casi medio siglo, hacían del rescate del epistolario un proyecto cuya consecución aseguraba un caudal de valiosísimas informaciones para la historia de la vida científica y cultural española entre 1871 y 1912, fechas extremas de las cartas recogidas en esta edición.

Con los años fueron desgranándose, en publicaciones de muy variada índole, fragmentos de esa correspondencia. Pero aquella aspiración de unificarla, formando con ella un corpus único en el que desfilan y conversan los nombres más señalados de la época, no se alcanzaría hasta muchos años después, en los ochenta, cuando D. Pedro Sáinz Rodríguez, desde la dirección de la Fundación Universitaria Española, acoge y alienta definitivamente el viejo proyecto.

El resultado, una magnífica edición en 23 volúmenes (22 de epistolario y uno de índices), publicados entre 1982 y 1991, que recogen la correspondencia en orden cronológico. Toda la edición corrió al cuidado de Manuel Revuelta Sañudo, director entonces de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, que dirigió el proyecto con meticulosidad y pulcritud admirables.

Los detalles sobre los criterios metodológicos y de edición, las vicisitudes del Epistolario de Don Marcelino, los intentos precedentes de edición y otras cuestiones, están clara y ampliamente detallados en el Prólogo que Manuel Revuelta Sañudo preparó para el volumen I del Epistolario.

El «Prólogo» se completa además con una detallada Bibliografía de Epistolarios Publicados, que sirve al mismo tiempo como guía para las referencias que se insertan en el Epistolario cuando se trata de cartas previamente editadas.

Asimismo, en algunos volúmenes se recogen, en las respectivas Advertencias Preliminares, las particularidades y precisiones editoriales referentes a los conjuntos epistolares en ellos incluidos.

En definitiva, y como Manuel Revuelta señalaba en el mencionado «Prólogo», la edición del Epistolario representa "una continuación natural desde el punto de vista de la edición y, contemplada su trayectoria cronológica, un complemento de sus Obras Completas». Con él, en suma, la Fundación Universitaria Española cumplía "un sueño acariciado y nunca alcanzado por cuantos han heredado de algún modo la obra y el espíritu del sabio santanderino".

BIBLIOGRAFÍA SOBRE MENÉNDEZ PELAYO

El conjunto de referencias que aparecen bajo el epígrafe general de Bibliografía procede de dos fuentes distintas, aunque complementarias:

1. Bibliografía de estudios sobre Menéndez Pelayo, obra de los investigadores Amancio Labandeira Fernández, Jerónimo Herrera Navarro y Julio Escribano Hernández (Madrid : Fundación Universitaria Española, 1995. 250 p.).

De ella proceden la mayor parte de las referencias: 2.818 del total de 3.072 que se recogen en esta base de datos. Esta Bibliografía de estudios sobre Menéndez Pelayo representa, por tanto, la más completa que hasta la fecha se ha publicado. Este trabajo muestra la investigación exhaustiva que han realizado sus autores y el gran relieve de la figura del polígrafo santanderino. La recopilación viene precedida de una erudita y sabia introducción sobre la producción literaria de Menéndez Pelayo.

En su versión impresa (junto a un exhaustivo índice de nombres que por razones obvias no está presente en esta versión digital), la bibliografía se organizaba en cinco grandes epígrafes temáticos, divididos a su vez en un total de 21 artículos, en los que se agrupaba la totalidad de la información bibliográfica catalogada.

2. La segunda fuente de la que se ha tomado el resto de referencias es la Bibliografía sobre Menéndez Pelayo y su Biblioteca (1973-1994) de Rosa Fernández Lera y Andrés del Rey Sayagués, publicado el mismo año que el trabajo anterior (Boletín de la Biblioteca de Menéndez Pelayo LXXI(1995) 255-323), Pretendía poner al día los exhaustivos estudios realizados por José Simón Díaz que se habían detenido en 1973 y que organizaba los trabajos en tres grandes apartados temáticos: "Vida", "Obra" y "Biblioteca". Como las anteriores, esta bibliografía registra «monografías, estudios de conjunto, artículos de revistas", las ediciones de las obras de Menéndez Pelayo aparecidas en los últimos años, artículos de prensa y «notas y reseñas, por insignificantes que sean».

• La edición digital sigue la clasificación de la primera fuente. Los epígrafes temáticos se han incorporado al campo materias, y su relación completa, con sus respectivas subdivisiones, es accesible a través del glosario desplegable que se incorpora junto al campo "materias" en la pantalla de búsqueda. Su contenido es el siguiente:

• Referencias Generales.. Comprenden bibliografías, estudios comunes y números especiales de revistas dedicados a Don Marcelino.

• Biografía. Se recoge, en siete apartados, todo lo relacionado con su biografía: biografías generales, aspectos parciales de su vida, estudios necrológicos, su casa y su biblioteca, su familia, los homenajes, sus profesores, discípulos, compañeros y amigos.

• Valoración Crítica de su Obra. Se mencionan, en diez secciones, las investigaciones que presentan una valoración crítica de su obra, aludiendo a su relación con la ciencia, la cultura, la religión, la filosofía, la estética, la literatura, la historia, el hispanismo y otras materias.

• Sus Obras. Se presentan los numerosos estudios sobre sus obras.

• Epistolario. Estudios que se han llevado a cabo sobre su epistolario.

• Addenda . En total, en esta versión electrónica se han incorporado 255 nuevos registros, tomados del segundo trabajo. Se distinguen con la acotación "Addenda", al inicio del registro y entre paréntesis.
En algunos de estos registros, se observará la ausencia de autor y/o título. En este último caso se trata siempre de referencias que remiten a artículos de prensa de años recientes. Esta información se refleja tal y como fue facilitada por los autores de la Addenda.