Archaeology, or archeology, is the study of human activity through the recovery and analysis of material culture. The archaeological record consists of artifacts, architecture, biofacts or ecofacts and cultural landscapes. Archaeology can be considered both a social science and a branch of the humanities. In Europe it is often viewed as either a discipline in its own right or a sub-field of other disciplines, while in North America archaeology is a sub-field of anthropology. Archaeologists study human prehistory and history, from the development of the first stone tools at Lomekwi in East Africa 3.3 million years ago up until recent decades. Archaeology is distinct from palaeontology, which is the study of fossil remains. It is particularly important for learning about prehistoric societies, for whom there may be no written records to study. Prehistory includes over 99% of the human past, from the Paleolithic until the advent of literacy in societies across the world. Archaeology has various goals, which range from understanding culture history to reconstructing past lifeways to documenting and explaining changes in human societies through time. Derived from the Greek, the term archaeology literally means “the study of ancient history.” The discipline involves surveying, excavation and eventually analysis of data collected to learn more about the past. In broad scope, archaeology relies on cross-disciplinary research. It draws upon anthropology, history, art history, classics, ethnology, geography, geology, literary history, linguistics, semiology, sociology, textual criticism, physics, information sciences, chemistry, statistics, paleoecology, paleography, paleontology, paleozoology, and paleobotany. Archaeology developed out of antiquarianism in Europe during the 19th century, and has since become a discipline practiced across the world. Archaeology has been used by nation-states to create particular visions of the past. Since its early development, various specific sub-disciplines of archaeology have developed, including maritime archaeology, feminist archaeology and archaeoastronomy, and numerous different scientific techniques have been developed to aid archaeological investigation. Nonetheless, today, archaeologists face many problems, such as dealing with pseudoarchaeology, the looting of artifacts, a lack of public interest, and opposition to the excavation of human remains.
La arqueología (del griego «ἀρχαίος» archaios, viejo o antiguo, y «λόγος» logos, ciencia o estudio) es la ciencia que estudia los cambios que se producen desde las sociedades antiguas hasta las actuales, a través de restos materiales dispersos en la geografía y conservados a través del tiempo. La arqueología puede considerarse tanto una ciencia social como una rama de las humanidades. En Estados Unidos, la arqueología es considerada un subcampo de la antropología, mientras que en Europa la arqueología a menudo se considera una disciplina en sí misma o un subcampo de otras disciplinas. Los arqueólogos estudian la prehistoria y la historia humana, desde el desarrollo de las primeras herramientas de piedra en Lomekwi en el África Oriental (Kenia) hace 3,3 millones de años hasta las últimas décadas. La arqueología es una mezcla de descubrimientos de tesoros, junto al paciente trabajo de analistas científicos, y junto a la etapa de interpretación, que permite entender qué significaron los elementos descubiertos o explorados en la historia de la humanidad. En consecuencia, la arqueología es tanto una actividad física de campo como una búsqueda y exploración intelectual en el laboratorio. La mayoría de los primeros arqueólogos, que aplicaron la nueva disciplina a los estudios de los anticuarios, definieron la arqueología como el «estudio sistemático de restos materiales de la vida humana ya desaparecida». Otros arqueólogos enfatizaron aspectos psicológico-conductistas, y definieron la arqueología como «la reconstrucción de la vida de los pueblos antiguos». La disciplina implica topografía, excavación y, finalmente, el de los datos recopilados para aprender más sobre el pasado. En un amplio alcance, la arqueología se basa en la investigación interdisciplinaria. Se basa en Antropología, Historia, Historia del Arte, Estudios Clásicos, Etnología, Geografía, Geología, Historia de la Literatura, Lingüística, Semiología, Crítica Textual, física, Ciencia de la Información, Química, Estadística, Paleoecología, Paleografía, Paleontología, Paleozoología y Paleobotánica. En Estados Unidos e Inglaterra, la arqueología ha sido siempre considerada como una disciplina perteneciente a la antropología. En efecto, mientras que la antropología se centra en el estudio de las culturas humanas, la arqueología se dedica al estudio de las manifestaciones materiales de dichas culturas. De este modo, en tanto que las antiguas generaciones de arqueólogos estudiaban un antiguo instrumento de cerámica como un elemento cronológico que ayudaría a ponerle una fecha a la cultura que era objeto de estudio, o simplemente como un objeto con un cierto valor estético, los antropólogos verían el mismo objeto como un instrumento que les serviría para comprender el pensamiento, los valores y la cultura de quien lo fabricó. Sin embargo, en la mayoría de los países, la arqueología ha estado más unida al estudio de la historia; en un principio como ciencia auxiliar de la historia del arte, y luego de la historiografía en general. Con el paso del tiempo se ha dejado de lado la tradicional visión de la arqueología como una de las ciencias auxiliares de la historia. En la actualidad, la arqueología es considerada una ciencia histórica autónoma; es decir sería una de las distintas disciplinas históricas. La arqueología es una de las principales ciencias del karst objeto de la espeleología, ocupándose de los yacimientos en cavidades subterráneas. Su principal objetivo es el estudio de los cambios en la organización social, así como la diversidad del comportamiento humano (económico, político, ideológico) en el pasado. Esto normalmente se logra a través del estudio de restos materiales en contextos espaciales y temporales definidos. Es por este motivo que la arqueología tiene, en primer lugar, un particular interés en la definición clara de secuencias temporales (divisiones diacrónicas), que se concretan en periodos; aunque hay arqueólogos que tienden a especializarse en un periodo, también prestan atención a sucesos previos y posteriores a ese periodo; a este patrón constituye una excepción la arqueología urbana, donde no resulta posible establecer divisiones temporales o diacrónicas. En segundo lugar, la arqueología centra su atención en marcos espaciales concretos (divisiones sincrónicas) tales como «regiones» o unidades políticas, «sub-regiones» o comunidades, y «áreas locales-yacimientos» o unidades domésticas y sus restos asociados (lugares de actividad, tumbas, entre otros). A diferencia de la Historia, secuencias temporales profundas y diversidad de espacios la proveen de variadas y complementarias escalas de análisis, rasgos únicos que le permiten reconstruir y dar explicaciones acerca de los cambios sociales y la diversidad de la organización social humana. La Arqueología ha cruzado un largo camino que inicia desde la búsqueda de ciudades antiguas o perdidas, identificación de grupos humanos con características particulares, hasta encontrar y coleccionar objetos desconocidos, permitiendo así la realización proyectos de investigación comprometidos con el entorno social y político de un país, debido a que por legislación el patrimonio arqueológico es considerado como una herencia del mismo, que se debe preservar y estudiar, generando modelos imaginarios que identifican diversos aspectos del pasado que serán proyectados en el futuro. La investigación arqueológica ha estado relacionada fundamentalmente a la Prehistoria y a la Antigüedad; sin embargo, durante las últimas décadas la metodología arqueológica se ha aplicado a etapas más recientes, como la Edad Media (arqueología medieval), la Edad Moderna () o el periodo industrial. En la actualidad, los arqueólogos dedican ocasionalmente su atención a materiales actuales, investigan residuos urbanos, con lo que está naciendo la denominada arqueología industrial. La arqueología se desarrolló a partir del Anticuario en Europa durante el siglo XIX, y desde entonces se ha convertido en una disciplina que se practica en todo el mundo. Desde su desarrollo temprano, varias subdisciplinas específicas de la arqueología se han desarrollado, incluida la , la arqueología feminista y la arqueoastronomía, y se han desarrollado numerosas técnicas científicas diferentes para ayudar a la investigación arqueológica. Sin embargo, hoy en día, los arqueólogos se enfrentan a muchos problemas, como el manejo de la pseudoarqueología, el saqueo de artefactos, la falta de interés público y la oposición a la excavación de restos humanos.