Presentación de la Fundación Ignacio Larramendi

Luis Hernando de Larramendi
Presidente

Foto de la fachada de la Universidad de SalamancaAl redactar la presentación de esta nueva versión de la Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca, dedicada al espléndido fruto de la Universidad de Salamanca, cuyo octavo centenario se celebra este año, releo las palabras que mi madre doña Lourdes Martínez firmó el 17 de noviembre de 2011 para la presentación de la anterior versión de esta misma biblioteca y me embarga una intensa emoción. Primero, porque mi madre dedicó a la Fundación Ignacio Larramendi los últimos años de vida y, segundo, porque veo el puente que ella siempre recalcaba entre los intereses intelectuales de mi padre y su plasmación en esta nueva andadura, con las más desarrolladas herramientas digitales y semánticas.

Hay un consenso general sobre la influencia mundial de la Escuela de Salamanca en el concierto intelectual de las ideas. Esta influencia puede medirse en la repercusión que sus desvelos han producido en la filosofía, en la teología, en el derecho, en la economía o incluso en las ciencias puras, como lo prueban los libros de Domingo de Soto y de José de Acosta.

Ahora bien, a la hora de acceder a esos libros, resultado de estas preclaras mentes españolas, el lector común, incluso el especialista, se encuentra con la dificultad de que no siempre están accesibles, fuera de unos pocos títulos, y esos pocos solamente en algunas bibliotecas históricas.

La Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca 3.0 quiere, y creo que estamos consiguiéndolo, allanar esa dificultad de forma que sea el punto de consulta de, si no la totalidad de esos libros, sí de la mayoría. Poco a poco, incluso los pocos libros que se nos escapan se van allegando a nuestro repositorio y, de ahí, a toda la Web. Así, en esta Biblioteca Virtual figuran ejemplares digitalizados de los libros conservados en una fantástica pluralidad de bibliotecas de todo el mundo, sobre todo de Europa y de Estados Unidos, lo que constituye también una muestra de la repercusión de la Escuela de Salamanca.

Si todo ello es posible, es porque la Fundación Ignacio Larramendi ha trazado una metodología sumamente innovadora para hacer uso de las digitalizaciones que se van realizando en diferentes instituciones de memoria de todo el mundo. Sin embargo, con frecuencia, esas digitalizaciones no cuentan con los rigurosos estándares de calidad del proyecto, lo que nos ha llevado a una política de metadatos muy específica. Y justamente son los metadatos los que dan la visibilidad y la accesibilidad a esta Biblioteca.

Hemos visto con mucha satisfacción que esta metodología ha sido también la utilizada por instituciones tan importantes como el W3C Library Linked Data Incubator Group y Europeana, lo que para nosotros supone un refrendo de nuestros planteamientos, ya que sin duda se trata de las más importantes instituciones en este ámbito, y avala la calidad del proyecto.

Un ejemplo claro del papel que juega la Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca ha sido la invitación que la Fundación Ignacio Larramendi ha recibido del Max-Planck-Institut für Europäische Rechtsgeschichte para participar en la conferencia internacional que organiza esta institución, en Buenos Aires del 24 al 26 de octubre próximo, con el título "The School of Salamanca: A Case of Global Knowledge Production?". La Fundación Ignacio Larramendi expondrá la comunicación «Visibility and digital accessibility of the School of Salamanca in a Linked Open Data environment», redactada por Xavier Agenjo y Francisca Hernández.

Todo esto ha sido, y es posible, gracias a que mi padre previó que la tecnología iba a ser el sustento del proyecto y que éste tenía que ser independiente de cualquier otra instancia, para lo que creó una empresa, DIGIBÍS, conducida hábilmente por mi hermana Tachi Hernando de Larramendi, que ha llevado siempre las riendas tecnológicas de este proyecto. También nos llena de legítimo orgullo ver que esas soluciones informáticas han sido adoptadas por un medio centenar de las más importantes bibliotecas, archivos y museos de toda España.

Nada de esto habría sido posible sin la generosísima colaboración de la Fundación MAPFRE, que siempre ha apoyado nuestras iniciativas, lo que quiero agradecer públicamente en la persona de don Antonio Huertas.

También quiero mostrar mi agradecimiento, por último, al rector magnífico de la Universidad de Salamanca, don Ricardo Rivero, quien ha querido sumarse a la nueva andadura de este proyecto que recoge uno de los más destacados capítulos de la gloriosa historia de su Universidad, en el VIII Centenario de su constitución.

Madrid, 30 de septiembre de 2018