Hoy conmemoramos el 22º aniversario del fallecimiento de Ignacio Hernando de Larramendi y Montiano (1921-2001), una figura prominente y transformadora del paisaje empresarial y cultural español. Su vida y legado resumen el espíritu de perseverancia, visión y amor profundo por la cultura Iberoamericana, valores que dejó impregnados en todas sus iniciativas.
Nacido en 1921, Don Ignacio completó en tiempo récord su licenciatura en Derecho en la Universidad de Madrid en 1941, aprobando un año después las asignaturas de doctorado. En 1945 superó con éxito la oposición al Cuerpo Superior de Inspección de la Dirección General de Seguros [Pincha aquí para ver su nombramiento en el BOE]. Su ascendente trayectoria se consolidó en 1947 cuando ganó el primer premio Marín Lázaro por su revelador trabajo El riesgo catastrófico en los seguros personales.
El 5 de octubre de 1950 contrajo matrimonio con Lourdes Martínez Gutiérrez, una destacada Oficial 1º del Cuerpo Administrativo Calculador del Instituto Geográfico y Catastral [Pincha aquí para ver su nombramiento en el BOE], quien tras diez años de trabajo en esa administración aprobó la oposición justo antes de casarse.
El año 1955 marcaría un hito en su carrera profesional. Fue solicitado para analizar la situación de MAPFRE, una mutualidad en quiebra. Don Ignacio no solo diagnosticó los problemas de la compañía sino que decidió embarcarse en la titánica tarea de revertir su destino. Tomando posesión como director general de MAPFRE, asumió con valentía la reestructuración y saneamiento de una entidad que, bajo su tutela, evolucionó de ser una pequeña mutualidad en quiebra a convertirse en una de las mayores y más prestigiosas empresas españolas con presencia internacional.
Don Ignacio fue un ferviente defensor de la responsabilidad social corporativa mucho antes de que se convirtiera en un término popular. Consideraba que las empresas no solo debían buscar la eficiencia en sus servicios, sino que también debían asumir obligaciones derivadas de su influencia en la vida social. Esta filosofía le llevó a impulsar desde 1975 las fundaciones vinculadas a MAPFRE, entre las que destacaron la Fundación MAPFRE América o la Fundación MAPFRE Tavera, las cuales han sido cunas de proyectos culturales de gran magnitud, como las Colecciones MAPFRE 1492 y los Clásicos Tavera, que se pueden consultar en la actualidad en nuestra página Web.
Pero su labor de mecenazgo no se detuvo ahí. En 1986, creó una Fundación que lleva su nombre, enfocada en la promoción, conservación y difusión del patrimonio bibliográfico y documental iberoamericano. Fiel a su carácter innovador, en 1996 fundó DIGIBÍS, una empresa pionera en la digitalización cultural en una época en la que estas tecnologías estaban en sus albores en España.
Los reconocimientos a su incansable labor no tardaron en llegar. La Medalla de Oro de la Excelencia del International Insurance Seminar Founder’s Award, la Medalla de Oro del Seguro Español y la Orden del Mérito Civil son solo tres ejemplos de los muchos honores que recibió. Considerado uno de los cien empresarios españoles más influyentes del siglo XX, el texto que se recoge sobre él, dice lo siguiente:
“En sus actuaciones y escritos Ignacio Hernando de Larramendi siempre ha hecho hincapié en el sentido de la responsabilidad social de las empresas. Éste es uno de los aspectos más destacados de su pensamiento empresarial que expresa del siguiente modo: “La empresa no está obligada sólo a la prestación eficiente de su propio servicio, sino sujeta a obligaciones institucionales derivadas de su influencia en la vida social y de su participación en el patrimonio nacional”. Una de sus mayores aportaciones en este sentido han sido las fundaciones vinculadas al grupo empresarial que ha dirigido…”.
Como escritor, dejó un rico legado literario con más de 200 artículos y ocho libros, como se recoge en su biblioteca virtual. Su obra Así se hizo MAPFRE. Mi tiempo es una joya que refleja no solo la evolución de una empresa, sino también la de una España en constante cambio. Y para aquellos interesados en profundizar aún más en su vida, el libro Larramendi. Biografía definitiva de Mario Crespo, publicado en 2021 con motivo del centenario de su nacimiento, es una lectura obligatoria.
Junto a él siempre estuvo su inseparable esposa, Doña Lourdes, que con su impecable formación y habilidades, fue pilar fundamental en el éxito y desarrollo profesional de Don Ignacio. Su familia fue siempre su refugio e inspiración. Don Ignacio dejó un legado imperecedero no solo en el mundo empresarial y cultural, sino también en el núcleo más íntimo y valioso de su vida: su familia. Sus 9 hijos, Carmen, Luis (+), Coro, Ignacio, Lourdes, Carlos, Margarita, Miguel y Ramón, 12 nietos, Vega, Coro, Ignacio, Mariana, Lourdes, Telmo, Lola, Inuk, Rita, Álvaro, Ignacio e Ignacio Armando y 5 bisnietos, Fernando, Jaime, Sancho, Vega y Catalina son testimonio de su amor, de su dedicación y de los principios que siempre defendió.
Recordamos a Don Ignacio no solo como un visionario empresarial sino también como un mecenas cultural que contribuyó de manera significativa a democratizar el acceso a la cultura.
Desde la Fundación Ignacio Larramendi damos cuenta de que su influencia sigue viva, inspirando y guiando a nuevas generaciones.
Descanse en paz.
Fue un hombre admirabilísimo en múltiples sentidos de la vida que dejó un legado merecedor de su huella por este mundo. Mi padre Mariano Pellús lo admiró y lo quiso como guia y amigo que fue de don Ignacio. Estoy segura de que están charlando amblemente con un vino mientras contemplan el infinito. Vuela un abrazo.
Una personalidad ejemplar que se condensa en los conceptos de trabajo, amor al prójimo y cultura.
Nos sigue inspirando en la forma de desarrollar nuestras metas uniendo el esfuerzo de todos. Compartir el éxito, también es reflejo de su gran labor.
Eskerrik asko, Ignacio.
Sigue inspirando a desarrollar nuestras metas tal y como mostró su gran obra. Y a compartir el éxito de los logros con la sociedad.