Lourdes Martínez Gutiérrez, viuda de Ignacio Larramendi, ocupó la presidencia de la Fundación desde 2001 hasta 2015, año en el que falleció; un periodo durante el que el trabajo de la Fundación se mantuvo y se enriqueció. Continuaron creciendo las Bibliotecas Virtuales de Polígrafos y se crearon además sitios web específicos para algunas de las corrientes científicas, filosóficas y económicas que han ido perfilando la historia del pensamiento latinoamericano y cuyo relato es imprescindible rescatar para el área cultural hispano-lusa.
Citaremos las bibliotecas virtuales de la Escuela de Salamanca; de Francisco Sánchez, el Escéptico; de la Antigua Escuela de Traductores de Toledo y la de la Ciencia y la Técnica en la Empresa Americana; además, dejó en preparación una muy interesante sobre Viajes Científicos Ilustrados. En todas ellas estuvo siempre dispuesta para dar su apoyo e incluso, en sus últimos años, con la salud ya muy quebrantada, no dudó en hacer el esfuerzo que hiciera falta para estar presente en los actos públicos organizados por la Fundación.
De hecho su última salida del hospital, con su salud ya muy debilitada, tuvo lugar seis días antes de su fallecimiento, cuando salió expresamente para la presentación en la Casa de América de la Biblioteca Virtual de la Ciencia y la Técnica en la Empresa Americana, en la que participó el ministro de Asuntos Exteriores de España. Terminado el acto regresó de nuevo a su habitación en el hospital donde poco después se agravó de forma definitiva su estado.
También bajo su presidencia la Fundación Ignacio Larramendi celebró sus 25 años y se acabó de montar el Archivo Familiar Montiano, un archivo que ha sido elegido caso de estudio por Europeana; también la Biblioteca Virtual de Polígrafos (Polymath Virtual Library, en su denominación inglesa) ha sido elegida caso de estudio por el W3C y caso de estudio de EDM por Europeana. Siempre con la empresa DIGIBÍS a los mandos de los soportes informáticos y técnicos.
Lourdes Martínez Gutiérrez ha dejado una huella imborrable en la Fundación Ignacio Larramendi y en DIGIBÍS. Nunca separó la esfera personal, la familiar, la social o la profesional, ya que lo que ella compartía en todo momento con los demás era su propia vida.
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