Buscar: en esta colección | en esta obra
Obras completas de Menéndez... > ANTOLOGÍA DE LOS POETAS... > IV : PARTE PRIMERA : LA... > TEXTOS POÉTICOS > LA DANZA DE LA MUERTE (ANÓNIMO)

Datos del fragmento

Texto

[p. 244]

DANÇA GENERAL
Prólogo en la trasladación

Aqui comiença la dança general en la cual tracta como la muerte avisa a todas las criaturas que paren mientes en la brevedad de su vida e que della mayor cabdal non sea hecho que ella meresce. E asimesmo les dice e requiere que vean e oyan bien lo que los sabios pedricadores les dicen e amonestan de cada dia, dando-les bueno e sano consejo que pugnen en haser buenas obras por que hayan complido perdon de sus pecados. E luego siguiente mostrando por experiencia lo que dice llama e requiere a todos los estados del mundo que vengan de su buen grado o contra su boluntad: comenzando dice ansi:

       DICE LA MUERTE

Yo so la muerte cierta a todas criaturas
Que son e serán en el mundo durante,
Demando e digo: o homne ¿por qué curas
De vida tan breve en punto pasante?
Pues non hay tan fuerte nin recio gigante
Que deste mi arco se pueda anparar,
Conviene que mueras cuando lo tirar
Con esta mi frecha cruel traspasante.
    [p. 245] ¿Qué locura es esta tan magnifiesta?
¿Que piensas tú, homne, que el otro morrá,
E tu quedarás por ser bien compuesta
La tu complision e que durará?
Non eres cierto si en punto verná
Sobre ti a deshora alguna corrupcion,
De landre o carbonco, o tal inplision,
Porque el tu vil cuerpo se dessatará.
   ¿O piensas por ser mancebo valiente
O niño de dias que a lueñe estaré,
E fasta que liegues a viejo impotente
En la mi venida me detardaré?
Avisate bien, que yo llegaré
A ti a deshora que non he cuidado,
Que tu seas mancebo o viejo cansado,
Que cual te fallare tal te levaré.
   La platica muestra seer pura verdad
Aquesto que digo sin otra fallencia,
La sancta escriptura con certenidad,
Da sobre todo su firme sentencia,
A todos diciendo: faced penitencia,
Que a morir habedes, non sabemos cuando,
Si non ved el fraire que está pedricando,
Mirad lo que dice de su grand sabiencia.

       DICE EL PEDRICADOR

   Señores honrrados, la sancta escriptura
Demuestra e dice que todo homne nado.
Gostará la muerte maguer sea dura,
Ca trujo al mundo un solo bocado:
Ca papa, o rey, o obispo sagrado,
Cardenal, o duque e conde excelente,
El emperador con toda su gente
Que son en el mundo de morir han forçado.

       BUENO E SANO CONSEJO

   Señores, punad en facer buenas obras,
Non vos fiedes en altos estados,
Que non vos valdrán thesoros nin doblas
A la muerte que tiene sus lazos parados.
Gemid vuestras culpas, decid los pecados
En cuanto podades con satisfacion,
Si queredes haver complido perdon
De aquel que perdona los yerros pasados.
   Faced lo que digo, non vos detardedes,
Que ya la muerte encomienza a ordenar
[p. 246] Una danza esquiva de que non podedes
Por cosa ninguna que sea escapar,
A la cual dice que quiere levar
A todos nosotros lanzando sus redes:
Abrid las orejas que agora oiredes
De su charambela un triste cantar.

       DICE LA MUERTE

   A la danza mortal venid los nascidos
Que en el mundo soes de qualquiera estado,
El que no quisiere a fuerça e amidos
Facerle he venir muy toste parado.
Pues que ya el fraire vos ha pedricado
Que todos bayais a facer penitencia,
El que non quisiere poner diligencia
Por mi non puede ser mas esperado.

PRIMERAMENTE LLAMA A SU DANZA A DOS DONCELLAS

   Esta mi danza traye de presente
Estas dos doncellas que vedes fermosas,
Ellas vinieron de muy mala mente
A oir mis canciones, que son dolorosas.
Mas non les valdrán flores e rosas
Nin las conposturas que poner solian,
De mi si pudiesen partir se querrian,
Mas non puede ser, que son mis esposas.
   A estas e a todas por las aposturas
Daré fealdad la vida partida,
E desnudedad por las vestiduras,
Por siempre jamas muy triste aborrida;
E por los palacios daré por medida
Sepulcros escuros de dentro fedientes,
E por los manjares gusanos royentes
Que coman de dentro su carne podrida.
   E porque el santo padre es muy alto señor
Que en todo el mundo non hay su par,
Que desta mi danza será guiador,
Desnude su capa, comience a sotar;
Non es ya tiempo de perdones dar,
Nin de celebrar en grande aparato,
Que yo le daré, en breve mal rato:
Danzad, padre santo, sin mas detardar.
       [p. 247] DICE EL PADRE SANTO

¡Ay de mi, triste, qué cosa tan fuerte!
A yo que tractava con grand prelacia,
Haber de pasar agora la muerte
E non me valer lo que dar solia.
Beneficios, e honrras e grand señoria,
Tove en el mundo pensando vevir,
Pues de ti, Muerte, non puedo fuir,
Valme Ihesucristo e tu virgen Maria.

       DICE LA MUERTE

Non vos enojedes, señor padre santo,
De andar en mi danza que tengo ordenada,
Non vos valdrá el bermejo manto,
De lo que fezistes abrades soldada.
Non vos aprovecha echar la cruzada,
Proveer de obispados nin dar beneficios,
Aqui moriredes sin ser mas bollicios:
Danzad imperante con cara apagada.

       DICE EL EMPERADOR

¿Qué cosa es esta que a tan sin pavor
Me lleva a su danza a fuerza sin grado?
Creo que es la Muerte que non ha dolor
De homne que sea [1] grande o cuitado.
Non hay ningund rey nin duque esforzado
Que della me pueda agora defender,
Acorredme todos, mas non puede ser
Que yo tengo della todo el seso turbado.

       DICE LA MUERTE

Emperador muy grande en el mundo potente,
Non vos cuitedes, ca non es tiempo tal,
Que librar vos pueda imperio nin gente,
Oro nin plata, nin otro metal.
Aqui perderedes el vuestro cabdal,
Que athesoraste con grand tirania,
Faciendo batallas de noche e de dia:
Morid, non curedes, venga el cardenal.
       [p. 248] DICE EL CARDENAL

¡Ay madre de Dios! nunca pensé ver
Tal danza como esta a que me facen ir,
Querria si pudiese la muerte estorcer,
Non se donde vaya, comienzo a thremer.
Siempre trabajé notar y escrevir
Por dar beneficios a los mis criados,
Agora mis miembros son todos torvados,
Que pierdo la vista e non puedo oir.

       DICE LA MUERTE

Reverendo padre, bien vos avisé
Que aqui abriades por fuerza a llegar
En esta mi danza, en que vos faré
Agora aina un poco sudar.
Pensastes el mundo por vos trastornar
Por llegar a papa e ser soberano,
Mas non lo seredes aqueste verano:
Vos, rey poderoso, venid a danzar.

       DICE EL RREY

Valia, valia, los mis cavalleros,
Yo non querria ir a tan baja danza,
Llegad vos con los ballesteros,
Amparad-me todos por fuerza de lanza.
Mas qué es aquesto que veo en balanza
Acortarse mi vida e perder los sentidos,
El corazon [1] se me queja con grandes gemidos,
A dios mis vasallos que muerte me tranza.

       DICE LA MUERTE

¡Rey fuerte, tirano, que siempre robastes
Todo vuestro reino o fenchistes el arca!
De facer justicia muy poco curastes,
Segunt es notorio por vuestra comarca.
Venit para mi, que yo so monarca,
Que prenderé a vos e a otro mas alto,
Llegad a la danza cortés en un salto:
En pos de vos venga luego el patriarca.
       [p. 249] DICE EL PATRIARCA

Yo nunca pensé venir a tal punto
Nin estar en danza tan sin piedad,
Ya me van privando segunt que barrunto,
De beneficios e de dignidad.
¡Oh homne mesquino que en grand ceguedad
Andove en el mundo non parando mientes,
Como la Muerte en sus duros dientes
Roba a todo homne de cualquier edad.

       DICE LA MUERTE

Señor patriarca, yo nunca robe
En alguna parte cosa que non deva,
De matar a todos costumbre lo he,
De escaper alguno de mi non se atreva.
Esto vos ganó vuestra madre Eva
Por querer gostar fructa devedada,
Poned en recabdo vuestra cruz dorada:
Sigase con vos el duque antes que mas veva.

       DICE EL DUQUE

¡O que malas nuevas son estas sin falla
Que agora me traen que vaya a tal juego!
Yo tenia pensado de fazer batalla,
Espera-me un poco, Muerte, yo te ruego.
Si non te detienes miedo he que luego
Me prendas o mates: habré de dejar
Todos mis deleites, ca non puede estar
Que mi alma escape de aquel duro fuego.

       DICE LA MUERTE

Duque poderoso, ardit e valiente,
Non es ya tiempo de dar dilaciones,
Andad en la danza con buen continente,
Dejad a los otros vuestras guarniciones.
Jamas non podredes cebar los alcones,
Ordenar las justas nin fazer torneos,
Aqui habrán fin los vuestros deseos:
Venid, arzobispo, dejad los sermones.

       DICE EL ARZOBISPO

¡Ay muerte cruel! ¿que te merescí,
O porque me llievas tan arrebatado?
[p. 250] Viviendo en deleites nunca te temí,
Fiando en la vida quedé engañado.
Mas si yo bien rijera mi arzobispado,
De ti non oviera tan fuerte temor,
Mas siempre del mundo fui amador,
Bien sé que el infierno tengo aparejado.

       DICE LA MUERTE

Señor arzobispo, pues tan mal registes
Vuestros subditos e clerecia,
Gostad amargura por lo que comistes
Manjares diversos con grand golosia.
Estar non podredes en santa Maria
Con palo romano en pontifical,
Venid a mi danza pues soes mortal:
Pase el condestable por otra tal via.

       DICE EL CONDESTABLE

Yo vi muchas danzas de lindas doncellas,
De dueñas fermosas de alto linaje,
Mas segunt me paresze no es esta dellas,
Ca el tañedor trae feo visaje.
Venid, camarero, decid a mi paje
Que traiga el cavallo, que quiero fuir.
Que esta es la danza que dicen morir:
Si della escapo, tener me han por saje.

       DICE LA MUERTE

Huir no conviene al que ha de estar quedo,
Estad condestable, dejat el cavallo,
Andad en la danza alegre muy ledo,
Sin fazer ruido, ca yo bien me callo.
Mas verdad vos digo que al cantar del gallo
Seredes tornado de otra figura,
Alli perderedes vuestra fermosura:
Venid vos, obispo, a ser mi vasallo.

       DICE EL OBISPO

Mis manos aprieto, de mis ojos lloro,
Por que soy venido a tanta tristura,
Yo era abastado de plata y de oro,
De nobles palacios e mucha folgura.
Agora la muerte con su mano dura
Trae-me en su danza medrosa sobejo,
[p. 251] Parientes, amigos, poned-me consejo,
Que pueda salir de tal angostura.

       DICE LA MUERTE

Obispo sagrado, que fuestes pastor
De animas muchas por vuestro pecado,
A juicio iredes ante el redemptor,
E daredes cuenta de vuestro obispado.
Siempre anduvistes de gentes cargado,
En carta de rey e fuera de igreja,
Mas yo gorciré la vuestra pelleja:
Venid, cavallero, que estades armado.

       DICE EL CAVALLERO

A mi non parece ser cosa guisada
Que deje mis armas e vaya danzar
A tal danza negra de llanto poblada,
Que contra los bivos quisiste ordenar.
Segunt estas nuevas, conviene dejar
Mercedes e tierras que gané del rey:
Pero a la fin sin duda non sey
Cual es la carrera que abré de levar.

       DICE LA MUERTE

Cavallero, noble, ardit e ligero,
Faced buen senblante en vuestra persona,
Non es aqui tiempo de contar dinero,
Oid mi cancion por qué modo cantona.
Aqui vos faré correr la atahona,
E despues veredes como ponen freno
A los de la banda que roban lo ageno:
Danzad, abad gordo, con vuestra corona.

       DICE EL ABAD

Maguer provechoso so a los relijiosos,
De tal danza amigos yo non me contento,
En mi celda avia manjares sabrosos,
De ir non curava comer a convento.
Dar me hades signado como non consiento
De andar en ella, ca he grand recelo,
E si tengo tiempo, provoco e apelo,
Mas non puede ser que ya desatiento
        [p. 252] DICE LA MUERTE

Don abad bendito, folgado, vicioso,
Que poco curastes de vestir celicio,
Abrazad-me agora, seredes mi esposo,
Pues que deseastes placeres e vicio.
Ca yo so bien presto a vuestro servicio,
Habed-me por vuestra, quitad de vos saña,
Que mucho me place con vuestra conpaña:
E vos, escudero, venid al oficio.

       DICE EL ESCUDERO

Dueñas e doncellas, habed de mi duelo,
Facen-me por fuerza dejar los amores,
Hecho-me la Muerte su sotil anzuelo,
Facen-me danzar danza de dolores.
Non traen por cierto firmalles nin flores
Los que en ella danzan mas grand fealdad,
¡Ay de mi cuitado que en grand vanidad
Andove en el mundo sirviendo señores!

       DICE LA MUERTE

Escudero polido, de amor sirviente,
Dejad los amores de toda persona,
Venid, ved mi danza e como se adona,
E a los que danzan acompañaredes.
Mirad su figura, tal vos tornaredes,
Que vuestras amadas non vos querrán ver,
Habed buen conhorte, que asi ha de ser,
Venid vos, dean, non vos corrocedes.

       DICE EL DEAN

¿Que es aquesto que yo de mi seso salgo?
Pensé de fuir e non fallo carrera,
Grand renta tenia e buen deanazgo
E mucho trigo en la mi panera.
Allende de aquesto estava en espera
De ser proveido de algund obispado,
Agora la muerte envió-me mandado:
Mala señal veo, pues fazen la cera.
       [p. 253] DICE LA MUERTE

Don rico avariento, dean muy ufano,
Que vuestros dineros trocastes en oro,
A pobres e a viudas cerrastes la mano,
E mal despendistes el vuestro tesoro.
Non quiero que estedes ya mas en el coro,
Salid luego fuera sin otra pereza,
Yo vos mostraré venir a pobreza:
Venid mercadero a la danza del lloro.

       DICE EL MERCADERO

¿A quién dexaré todas mis riquezas
E mercadurias que traigo en la mar?
Con muchos traspasos e mas sotilezas
Gané lo que tengo en cada lugar.
Agora la muerte vino me llamar:
¿Qué sera de mi? non se que me faga,
O muerte, tu sierra a mi es grand plaga,
Adios, mercaderos, que voime a finar.

       DICE LA MUERTE

De hoy mas non curedes de pasar en Flandes,
Estad aqui quedo e iredes a ver
La tienda que traigo de bubas y landres:
De gracia las do, non quiero vender.
Una solo dellas vos fará caer
De palmas en tierra dentro en mi botica,
E en ella entraredes maguer sea chica:
E vos arcediano venid a tañer.

       DICE EL ARCEDIANO

¡O mundo vil, malo, e fallescedero,
Como me engañaste con tu promision!
Prometiste me vida, de ti non la espero,
Siempre mentiste en toda sazon
Faga quien quisiere la vesitacion
De mi arcedianasto por que trabaje,
¡Ay de mi cuitado, grand cargo tome!
Ahora lo siento que hasta aqui non.

       DICE LA MUERTE

Arçediano amigo, quitad el bonete,
Venid a la danza suave e honesto,
[p. 254] Ca quien en el mundo sus amores mete,
El mesmo le face venir a todo esto.
Vuestra dignidad, segun dice el testo,
Es cura de animas e daredes cuenta,
Si mal las registes habredes afruenta:
Danzad, abogado, dejad el Digesto.

       DICE EL ABOGADO

¿Que fué hora mezquino de cuanto aprendi,
De mi saber todo e mi libelar?
Cuando estar pensé, entonces cai,
Cegó-me la muerte, non puedo estudiar.
Recelo he grande de ir al lugar
Do non me valdrá libelo nin fuero,
Peor es amigos que sin lengua muero:
Abarcó-me la muerte, non puedo fablar.

       DICE LA MUERTE

Don falso abogado prevalicador
Que de amas las partes levastes salario,
Venga se vos miente como sin temor
Bolvistes la foja por otro contrario.
El Chino e el Bartolo e el Coletario
Non vos librarán de mi poder mero,
Aqui pagaredes como buen romero:
E vos, canónigo, dejad el breviario.

       DICE EL CANÓNIGO

Vete ahora, Muerte, non quiero ir contigo,
Deja-me ir al coro ganar la racion,
Non quiero tu danza nin ser tu amigo,
En folgura bivo, non he turbacion.
Aun este otro dia hove provision
Desta calongia que me dió el perlado,
Desto que tengo soy bien pagado:
Vaya quien quisiere a tu vocacion.

       DICE LA MUERTE

Canónigo amigo, non es el camino
Ese que pensades, dad aca la mano,
El sobre peliz delgado de lino
Quitad lo de vos e irés mas liviano.
Dar vos he un consejo que vos será sano,
Tornad vos a Dios e faced penitencia,
[p. 255] Ca sobre vos cierto es dada sentencia:
Llegad acá, fisico que estades ufano,

       DICE EL FISICO

Mintió-me sin dubda el Fen de Avicena
Que me prometió muy luengo vevir,
Rigiendo-me bien a yantar e cena,
Dejando el bever despues del dormir.
Con esta esperanza pensé conquerir
Dineros e plata enfermos curando,
Mas ahora veo que me va llevando
La muerte consigo: conviene sofrir.

       DICE LA MUERTE

Pensastes vos, fisico, que por Galeno
O don Ipocrás con sus inforismos
Seriades librado de comer del feno,
Que otros gastaron de mas sologismos;
Non vos valdrá facer gargarismos,
Componer jaropes nin tener dieta,
Non sé si lo oistes, yo só la que aprieta:
Venid vos, don cura, dejad los bautismos.

       DICE EL CURA

Non quiero exebciones nin conjugaciones,
Con mis perrochianos quiero ir folgar,
Ellos me dan pollos e lechones
E muchas obladas con el pie de altar.
Locura seria mis diezmos dejar
E ir a tu danza de que non se parte,
Pero a la fin non sé por cual arte
Desta tu danza pudiese escapar.

       DICE LA MUERTE

Ya non es tiempo de yaser al sol
Con los perrochianos bebiendo del vino,
Yo vos mostraré un re mi fa sol
Que agora compuse de canto muy fino.
Tal como a vos quiero haber por vecino
Que muchas animas tovistes en gremio,
Segunt las registes habredes el premio:
Dance el labrador que vien del molino.
       [p. 256] DICE EL LABRADOR

¿Cómo conviene danzar al villano
Que nunca la mano sacó de la reja?
Busca si te place quien danze liviano,
Deja-me, Muerte, con otro trebeja.
Ca yo como tocino e a veces oveja,
E es mi oficio trabajo e afan,
Arando las tierras para sembrar pan,
Por ende non curo de oir tu conseja.

       DICE LA MUERTE

Si vuestro trabajo fue siempre sin arte
Non faciendo furto en la tierra agena,
En la gloria eternal habredes grand parte,
E por el contrario sufriredes pena.
Pero con todo eso poned la melena,
Allegad-vos a mi, yo vos uniré,
Lo que a otros fice a vos lo faré:
E vos, monje negro, tomad buen estrena.

       DICE EL MONGE

Loor e alabanza sea para siempre
Al alto señor que con piedad me lieva
A su santo reino a donde contenple
Por siempre jamas la su magestad.
De carcel escura vengo a claridad
Donde abré alegria sin otra tristura,
Por poco trabajo abré grand folgura:
Muerte, no me espanto de tu fealdad.

       DICE LA MUERTE

Si la regla santa del monge bendito
Guardastes del todo sin otro deseo,
Sin duda tened que soes escrito
En libro de vida segunt que yo creo.
Pero si fecistes lo que facer veo
A otros que andan fuera de la regla,
Vida vos darán que sea mas negra:
Danzad usurero, dejad el correo.
       [p. 257] DICE EL USURERO

Non quiero tu danza nin tu canto negro,
Mas quiero prestando doblar mi moneda,
Con pocos dineros que me dió mi suegro
Otras obras fago que non fizo Beda.
Cada año los doblo, demas está queda
La prenda en mi casa que está por el todo,
Allego riquezas y yaciendo de codo,
Por ende tu danza a mi non es leda.

       DICE LA MUERTE

Traidor usurario de mala concencia,
Ahora veredes lo que facer suelo,
En fuego infernal sin mas detenencia
Porné la vuestra alma cubierta de duelo.
Allá estaredes do está vuestro abuelo,
Que quiso usar segun vos usastes,
Por poca ganancia mal siglo ganastes:
E vos, fraire menor, venid a señuello.

       DICE EL FRAIRE

Danzar no conviene a maestro famoso
Segunt que yo so en la religion,
Maguer mendigante viva vicioso
E muchos desean oir mi sermon.
Decides-me agora que vaya a tal son,
Danzar non querria si me das urgar:
¡Ay de mi cuitado! que abré a dejar
Las honras e grado que quiera o que non.

       DICE LA MUERTE

Maestro famoso, sotil e capaz,
Que en todas las artes fuestes sabidor,
Non vos acuitedes, limpiad vuestra faz,
Que a pasar habredes por este dolor.
Yo vos levaré ante un sabidor
Que sabe las artes sin ningunt defeto,
Sabredes leer por otro decreto:
Portero de maza, venid al tenor.

       DICE EL PORTERO

¡Ay del rey barones acorred-me agora!
Leva-me sin grado esta Muerte brava!
[p. 258] Non me guardé della, tomóme a deshora,
A puerta del rey guardando estava.
Hoy en este dia al conde esperava
Que me diese algo por que le di la puerta,
Guarde quien quisiere o finquese abierta
Que ya la mi guarda non vale una fava.

       DICE LA MUERTE

Dejad esas voces, llegad vos corriendo,
Que non es ya tiempo de estar en la vela:
Las vuestras baratas yo bien las entiendo,
E vuestra cobdicia por que modo suena.
Cerrades la puerta de mas cuando yela
Al omne mezquino que bien a librar,
Lo que del levastes habrés a pagar:
E vos ermitaño salid de la celda. [1]

       DICE EL ERMITAÑO

La muerte recelo maguer que so viejo,
Señor Iesuchristo a ti me encomiendo,
De los que te sirven tu eres espejo,
Pues yo te serví, la tu gloria atiendo.
Sabes que sufrí laceria viviendo
En este desierto en contenplacion,
De noche e de dia faciendo oracion,
E por mas abstinencia las yervas comiendo.

       DICE LA MUERTE

Faces grand cordura, llamarte-ha el Señor
Que con diligençia pugnastes servir,
Si bien le servistes habredes honor
En su santo reino do haves a venir:
Pero con todo esto habredes a ir
En esta mi danza con vuestra barbaza,
De matar a todos aquesta es mi caza:
Danzad, contador, despues de dormir.

       DICE EL CONTADOR

¿Quién podria pensar que tan sin disanto
Habia a dejar mi contaduria?
Llegué a la Muerte e vi desbarato
Que facia en los homnes con gran osadia.
[p. 259] Alli perderé toda mi valia,
Haberes e joyas e mi gran poder:
Faza libramientos de hay mas quien quisier,
Ca cercan dolores el anima mia.

       DICE LA MUERTE

Contador amigo, si bien vos catades
Como por favor e a veces por don
Librastes las cuentas razon es que hayades
Dolor e quebranto por tal ocasion.
Cuento de alguarismo nin su division
Non vos ternán pro: E iredes conmigo,
Andad acá luego, asi vos lo digo:
E vos diacono venid a leccion.

        DICE EL DIACONO

Non veo que tienes gesto de lector
Tu que me convidas que vaya a leer,
Non vi en Salamanca maestro nin doctor
Que tal gesto tenga nin tal parecer.
Bien sé que con arte me quieres facer
Que vaya a tu danza para me matar,
Si esto asi es venga administrar
Otro por mi, que yo vóme a caer.

       DICE LA MUERTE

Maravillo-me mucho de vos clerizón
Pues que bien sabedes que es mi doctrina
Matar a todos por justa razon,
E vos esquivades oir mi bocina.
Yo vos vestiré almática fina
Labrada de pino en que ministredes,
Fasta que vos llamen en ella iredes:
Venga el que recabda e dance aina.

       DICE EL RECABDADOR

Asád he que faga en recabdar
Lo que por el rey me fue encomendado,
Por ende non puedo nin devo danzar
En esta tu danza que non he acostumbrado.
Quiero ir ahora apriessa priado
Por unos dineros que me han prometido,
Ca he esperado e el plazo es venido,
Mas veo el camino del todo cerrado.
       [p. 260] DICE LA MUERTE

Andad acá luego sin mas tardar,
Pagad los cohechos que aves levado,
Pues que vuestra vida fue en trabajar
Como robariedes al homne cuitado.
Dar vos he un poyo en que esteis asentado
E fagades las rentas que tenga dos pasos,
Alli darés cuenta de vuestros traspasos:
Venid, subdiacono alegre e pagado.

       DICE EL SUBDIACONO

Non he menester de ir a trocar
Como fasen esos que traes a tu mando,
Antes de evangelio me quiero tornar
Estas cuatro témporas que se van llegando.
En lugar de tanto veo que llorando
Andan todos esos, no fallan abrigo,
Non quiero tu danza, asi te lo digo,
Mas quiero pasar el salterio rezando.

       DICE LA MUERTE

Mucho es superfluo el vuestro alegar,
Por ende dejad aquesos sermones,
Non tenés maña de andar a danzar,
Nin comer obladas cerca los tizones.
Non iredes mas en las procisiones
Do davades vozes muy altas en grito,
Como por enero fazia el cabrito:
Venid, sacristan, dejad las razones.

       DICE EL SACRISTAN

Muerte, yo te ruego que hayas piedad
De mi que so moço de pocos dias,
Non conoscí a Dios con mi mocedad,
Nin quise tomar nin siguir sus vias.
Fia de mi, amiga, como de otros fias,
Por que satisfaga del mal que he fecho,
A ti non se pierde jamás tu derecho,
Ca yo iré si tu por mi envias.

       DICE LA MUERTE

Don sacristanejo de mala picaña,
Ya nOn tenes tiempo de saltar paredes,
[p. 261] Nin de andar de noche con los de la caña,
Fasiendo las obras que vos bien sabedes.
Andar a rondar vos ya non podredes,
Nin presentar joyas a vuestra señora,
Si bien vos quiere, quite vos agora:
Venid vos, rabí, acá meldaredes.

       DICE EL RABI

¡Oh Helohim e Dios de Abraham
Que prometiste la redepcion!
Non se que me faga con tan grand afan,
Mandad-me que dance, non entiendo el son.
Non ha home en el mundo de cuantos hí son
Que pueda fuir de su mandamiento,
Veladme, dayanes, que mi entendimiento
Se pierde del todo con grand aflicion.

       DICE LA MUERTE

Don rabí barbudo que siempre estudiastes
En el Talmud e en los sus doctores,
E de la verdad jamas non curastes,
Por lo cual abedes penas e dolores.
Llegad vos acá con los danzadores
E diredes por canto vuestra barahá,
Dar vos han posada con rabí Azá:
Venid, alfaqui, dejad los sabores.

       DICE EL ALFAQUÍ

Si Alah me vale, es fuerte cosa
Esto que me mandas agora facer;
Yo tengo muger discreta, graciosa,
De que he gasajado e asaz placer.
Todo cuanto tengo quiero perder,
Deja-me con ella solamente estar,
De que fuere viejo manda-me levar,
E a ella con-migo si a ti ploguier.

       DICE LA MUERTE

Benid vos, amigo, dejar el zalá
Ca el gameño pedricaredes,
A los veinte e siete vuestro capellá,
Nin vuestra camisa non la vestiredes.
En Meca nin en Layda y non estaredes
Comiendo buñuelos en alegria,
[p. 262] Busque otro alfaquí vuestra moreria:
Passad vos, santero, veré que diredes.

       DICE EL SANTERO

Por cierto mas quiero mi ermita servir
Que non ir allá do tu me dices:
Tengo buena vida aunque ando a pedir
E como a las veses pollos e perdices.
Sé tomar al campo bien las codornises,
E tengo en mi huerto asaz de repollos,
Vete que non quiero tu gato con pollos,
A Dios me encomiendo y a señor san Helices.

       DICE LA MUERTE

Non vos vale nada vuestro recelar,
Andad aca luego vos don talegero
Que non quesistes la ermita adobar,
Fesistes alcuza de vuestro garguero.
Non vesitaredes la bota de cuero
Con que a menudo soliades beber,
Zurron nin talega non podrédes traer,
Nin pedir gallofas como de primero.

LO QUE DICE LA MUERTE A LOS QUE NON NOMBRO

A todos los que aquí non he nombrado
De cualquier ley e estado o condicion;
Les mando que vengan muy toste priado
A entrar en mi danza sin escusacion.
Non recibiré jamas exebcion,
Nin otro libelo nin declinatoria,
Los que bien fisieron habrán siempre gloria,
Los que contrario habrán dapnacion.

DICEN LOS QUE HAN DE PASAR POR LA MUERTE

Pues que asi es que a morir habemos
De nescesidad sin otro remedio,
Con pura conciencia todos trabajemos
En servir a Dios sin otro comedio.
Ca él es principio, fin e el medio
Por do si le place habremos folgura,
Aun que la muerte con danza muy dura
Nos meta en su corro en cualquier comedio.
[Edición F. A. de Icaza. Madrid, 1920.]

Notes

[p. 247]. [1] . Hemos suplido esta palabra que falta en el códice del Escorial.

[p. 248]. [1] . Así está en el códice, pero el autor escribió probablemente el cor y solo así resulta el verso.

[p. 258]. [1] . Así en el códice, pero el consonante exige cela.