Cancion
Ham, ham, huid que ravio,
Con ravia de vos non trave,
Por travar de quien agravio
Recibo tal y tan grave.
Si yo ravio por amar,
Esto no sabran de mi
Que del todo enmudecí,
Que no sé sino ladrar.
Ham, ham, huid que ravio
¡O quien pudiese travar
De quien me haze ell agravio
Y tantos males passar!
Ladrando con mis cuidados,
Mil voces me viene a mientes
De lançar en mi los dïentes
Y me comer a bocados.
Ham, ham, huid, que ravio.
Aullad, pobres sentidos;
Pues os hacen tal agravio,
Dad más fuertes alaridos.
Cabo
No cessando de raviar,
No digo si por amores,
No valen saludadores,
Ni las ondas de la mar.
Ham, ham, huid, que ravio.
Pues no cumple declarar
La causa de tal agravio;
El remedio es el callar.
Otra suya
Fuego del divino rayo,
Dolce flama sin ardor,
Esfuerço contra desmayo,
Remedio [1] contra dolor,
Alumbra tu servidor.
La falsa gloria del mundo
E vana prosperidat
Contemple;
Con pensamiento profundo
El centro de su maldat
Penetré.
Oiga quien es sabidor [2]
El planto de la serena,
La cual, temiendo la pena
[p. 408] De la tormenta [1] mayor,
Plañe en el tiempo mejor.
Asi yo, preso de espanto,
Que la divina virtud
Offendi,
Comienço mi triste planto
Fazer en mi juventud
Desde aqui;
Los desiertos penetrando,
Do con esquivo clamor
Pueda, mis culpas llorando,
Despedirme sin temor,
De falso plazer é honor.
Fin
Adios, real esplandor
Que yo servi et loé
Con lealtat;
Adios, que todo el favor
E cuanto de amor fablé
Es vanidat.
Adios, los que bien amé;
Adios, mundo engañador;
Adios, donas que ensalcé
Famosas, dignas de loor,
¡Orad por mi, pecador!