Epigramas
A Miguel Durán
Enfermó Miguel Durán
De bever tinajas llenas,
Sin potajes ni sin pan:
Por el barvero le van
Que le sangre de las venas
Con sus malos apetitos,
Hállanle las venas duras;
Cuexcos de uvas y mosquitos
Sallen por las sangraduras.
Respuesta a la invitación del corregidor Dávila para que jugase cañas.
¿No jugais, buen cavallero?
—Dias ha que non jugué,
Si querés saber por qué;
Porque só muy lastimero.
Todo lo tengo e non feo,
Que non me falta pedaço,
Salvo cavallo e arreo,
Piernas, coraçon et braço.
Habiéndole prometido D. Pedro de Aguilar un prisionero que no quiso entregarle el alcaide que lo tenía, sin que pagara Montoro el carcelaje, presentóse éste a D. Pedro, diciéndole:
Non vos vengo con querellas
Nin las rescibais de mí;
Mas las gracias que vos dí,
Buen señor, vengo por ellas.
[p. 87] Vencedor el mismo D. Pedro del Castillo de Ortexicar, entró en Córdoba muy secreto: súpolo el Ropero y le dirigió estos versos:
Más picante y sarcástico, más despiadado e incisivo con Juan de Valladolid «que fingía de coplear e traia un saco de colores» lanzaba contra él los siguientes:
Blanco do sus burlas fué también el trovador Juan de Marmolejo; tildándole de borracho, decía:
Condenando el mismo vicio en una viuda, su vecina, escribía:
[p. 88] De sí propio decía, aludiendo a su oficio de sastre: