¡Inmenso
Dios perdurable,
Que el mundo todo
criaste
Verdadero,
Y con amor
entrañable
Por nosotros
espiraste
En el madero!
Pues
te plugo tal passion
Por nuestras
culpas sofrir,
¡O Agnus
Dei!
Llévanos do
está el ladron
Que salvaste
por decir
Memento
mei.
Romance en memoria de la passion de nuestro Redemptor
En
las más altas confines
De aquel acerbo
madero
Padecia el soberano
Culpas del padre
primero,
Do fueron todas
lavadas
En la sangre del
Cordero,
Presente la triste
madre
Hasta lo más
postrimero,
Y el que le fué
dado en hijo
En cambio del
heredero,
Y la que fué
perdonada
De Ihesú tan de
ligero:
Los clamores que
esplicaba
Aplacavan al
tercero:
Las palabras eran
tales
Cuales aquí las
refiero:
¡O piadosa virtud,
Hijo de Dios
verdadero!
Todo vos veo
trocado
En aspecto de
estrangero;
Vuestro vulto
glorïoso,
No aquel cual de
primero,
Ni el color
rubicundo,
Fulgor de lustre
luzero;
Y ese cuerpo
delicado,
De mi carne todo
entero,
Todo lo veo fuscado
Como de un pobre
romero;
En lo alto del
tormento,
De ladrones
aparcero;
De pinturas
sanguinosas
Ocupado todo el
cuero;
Vuestros sacros
pies y manos
Puestos en clavos
de azero;
En vuestra santa
cabeça,
Garlanda de nuevo
fuero
Con setenta y dos
merletes,
No de flores de
rosero,
[p. 95] Más de agujas inventadas
De algun cruel
carnicero;
Los arroyos de la
sangre
Arroyavan el
tercero
Do la santa Cruz
estava
Acuñada en el otero
En estas
penalidades
Espiró el Mexias
vero,
Y assí quisiera la
madre
Por llevar tal
compañero,
Sino por ell
esperança
Y fe del dia
tercero.
Villancico por desecha
Si me parto, madre mía,
Voyme a Dios;
Luego bolveré yo a vos.
Pártome todo llagado,
Oprimido y denostado;
Tornaré glorificado
En dias dos;
Luego bolveré yo a vos.
Llevo los de la prision
Que libré por mi passion,
Que reciban bendicion
Alli con nos;
Luego bolveré yo a vos.
A los cuales redimí
Con los tragos que beví
No fueron de benjuy,
Ni de agua ros;
Luego bolveré yo a vos.
Mas de una tal amargura,
Qual designa en escriptura
Por exemplo y por figura
Sant Ambrós;
Luego bolveré yo á vos,