Villancico hecho a Nuestra Señora la noche de Navidad
Decidnos,
reina del cielo,
Si sois vos
Su hija y madre de
Dios.
¿Sois
vos, Reina, aquella estrella
Que nuestros
remedios guía,
Nuestra lumbre y
alegría,
Que parió siendo
donzella?
Por cierto, vos
sois aquella,
Pues que Dios
Vemos que nasció de
vos.
Responde la madre de Dios
Yo soy la que meresció
Ser Madre de
su excellencia,
Por reparar la
dolencia
De lo que Eva
perdió;
Assí que de mi
nasció
Aquel Dios
Que ha salvado a mi
y a vos.
Nosotros decimos
Vos fustes nuestro consuelo,
Reparo de nuestro
bien;
Vos, Señora, sois
por quien
Ganamos agora el
cielo.
Bien aventurado
suelo,
Pues que vos
Paristes en él a
Dios.
Habla Nuestra Señora
Aquel
Dios que nos cobija,
Por el pecado del
padre,
De su sierva hizo
madre,
Siendo su madre su
hija;
Assí que yo fui
vasija
En que Dios
Tomó la muerte por
nos.
Nosotros
Vos
sois bien de nuestro mal,
Remedio de nuestra
pena,
De toda limpieza
llena,
Sin pecado
original,
¿Quién pudo ser,
Reina, tal
Como vos,
Virgen y Madre de
Dios?
Nuestra Señora
Yo
soy la que tengo officio
Para ganaros perdon
De aquel que passó
passion
Sin culpa ni
maleficio;
[p. 97] Vuestro el pecado y judicio,
Y quiso Dios
Pagar la pena por
vos.
Nosotros
Vos sois por quien fué quitado
El poder del
enemigo;
Vos sois la que
sois abrigo
Del que está
desabrigado;
Por vos se quitó el
pecado
De los dos
Primeros que hizo
Dios.
La Virgen María
Él por su gran merescer,
Por quitar el
cativerio,
Mostró en mí tan
gran misterio,
Por mostrar más su
poder;
Que quiso de mí
nascer,
Siendo Dios,
Por poder morir por
nos.
Nosotros
Vos sois el templo y morada
Do todo
nuestro bien mora;
De tristes
procuradora,
De ante
secula criada;
A quien vino el
embaxada
Cuando Dios
Todo junto cupo en
vos.
Nuestra Señora
Yo soy aquel santo templo
Que él quiso
santificar,
En que pudiese
morar
Aquel Dios en quien
contemplo;
Y dexónos por
enxemplo,
Siendo Dios,
Querer ser ombre
por nos.
Nosotros
Vos sois nuestro bien complido
Do nuestros bienes
están,
A quien se humilló
Sant Juan
Ante que fuesse
nascido
No fué Sant Juan el
que os vido,
Sino Dios,
Que todo nasció de
vos.
Nuestra Señora
Nasció
porque avie de ser
Complida la
profecia,
Que lo que muger
perdia,
Que lo cobrasse
mujer:
Quiso y púdolo
hazer
Como Dios,
Y en la muerte como
vos.
Nosotros
Vos
sois la que lo paristes
En el pobre
portalejo,
Y después al santo
viejo
En el templo le
offrecistes:
Y sois vos la que
lo vistes
Entre dos,
Muerto delante de
vos.
Nuestra Señora
Yo
soy la que lo mirava
Y la que más lo
sentía;
Lo que a su carne
dolía,
Dentro en mi alma
llagava:
Y en membrarme que
quedava
Ombre y Dios,
Aconsoléme con
vos.
Nosotros
Vos
sois la que sois aviso
Del que está
desconsolado,
Y al que está mas
apartado,
Le ganais el
paraiso;
Y sois vos la que
Dios quiso,
Siendo Dios,
Tomar tal deudo con
vos.
Nuestra Señora
Yo
soy la que recebí
Ell ángel con mi
consuelo,.
[p. 98] Las rodillas en
[1] el suelo,
Los ojos donde
nascí;
Y espantéme que me
ví,
Como vos,
Y verme madre de
Dios.
Nosotros
Vos sois la que nos desata
Del poder de Lucifer,
Y la que puede hazer
El lodo más que la plata;
Y el pecado que nos mata
Matais vos,
Con peticiones a Dios.
Nuestra Señora
Yo quito vuestros pecados
Con mi continuo rogar,
Porque os pudiesse llevar
Para do fustes criados;
Porque despues de llegados,
Veais vos,
Que es ver la cara de Dios.
Nosotros
Pues se prueva por razon
Que es vuestra nuestra victoria,
Llévanos a aquella gloria
De nuestra contemplacion;
Porque con tal devoción
Plega a Dios,
Mostrarnos a él y a vos.
Nuestra Señora
Plega a Dios que tal os haga
Cual yo queria hazeros,
Porque pudiese poneros
Donde mas os satisfaga;
Mostrándoos aquella llaga
De aquel Dios
Que quiso morir por nos.
¡Oh
Virgen, que a Dios paristes,
Y nos distes
A todos tan gran
victoria!
Tórname alegre de
triste,
Pues podiste
Tornar nuestra pena
gloria.
Señora,
a ti me convierte
De tal suerte,
Que destruyendo mi
mal,
Yo nada tema la
muerte,
Y pueda verte
En tu trono
angelical.
Pues
no nascida nasciste,
Y meresciste
Alcanzar tan gran
memoria,
Tórname alegre de
triste,
Pues podiste
Tornar nuestra pena
gloria.
[Cancionero de Foulché-Delbosc.]
[p. 99] Cancion porque pidió a su amiga un limon
Si
os pedí, dama, limon,
Por saber a que
sabia,
No fué por daros
passion,
Mas por dar al
coraçon
Con su color
alegría.
Ell
agro tomara yo
Por más dulce que
rosquillas,
Para sanar las
manzillas,
Quel gesto que me
las dió
De miedo no oso
dezillas:
Y pues vuestra
perfection
En darme pena
porfia,
No me doble la
passion,
Porque el triste
coraçon
No muera sin
alegria.
Romance
Por un camino muy solo
Un cavallero venia,
Muy cercado de
tristeza
Y solo de compañia:
Con temor le
pregunté,
Con pesar me
respondia
Que vestidura tan
triste
Que por dolor la
traia.
Dixome todo lloroso
Que su mal no
conocia,
Que la pasion que
mostrava
No era la que
padescia;
Que aquella vestia
el cuerpo,
La otra ell alma
vestia.
En su vista se
conosce
Que mal d'amores
traia;
Con los ojos lo
mostrava,
Con la lengua lo
encobria,
Contento de su
penar,
Su mal por bien lo
tenia;
Apartandose de mi
Aqueste cantar
dezia:
[p. 100] El menor mal muestra el gesto,
Que el mayor
No lo consiente el
dolor.
La
prisión que es consentida
Por parte del
coraçon,
Es prisión que su
passion
Jamas no halla
sallida;
Porque la pena
escondida
Con dolor,
Publicalla es lo
peor.
Otra obra suya, respondiendo a Mosen Fenollar, que le preguntó que cual era mejor: servir a la donzella, o a la casada, o a la beata, o a la monja, y dice assi.
Deñor,
señor Fenollar,
Se todas gracias
tesoro,
Ventura por mas me
honrrar
En un honrrado
lugar
Me dió vuestros
granos de oro;
En los cuales vi
pensado
Una pregunta
requiere,
Que el que mejor la
entendiera,
Quedará peor
librado,
Y peor quien no la
viere.
En
la cual quereis pedir
Por vuestros metros
honrrados,
Que cuál es mejor
seguir
para adorar y
servir
De todos estos
estados.
Digo que nadie
dirá,
Razon que quede sin
falla,
Porque el que
responderá,
Tal la respuesta
dara
Cual la pregunta lo
halla.
Porque
toda ciencia junta
No sabrá dar en el
hito,
Assi quedará
defunta
Aunque es de uno la
pregunta
Y de mil el sobre
escrito:
No la quisiera
tomar
[p. 101] Para tomar cargo de ella;
Mas no me pude
escusar
Porque me pudo
mandar
Quien pudiera bien
hazella.
Las
donzellas suelen dar
Más passion que
recebir,
Y si alguna sabe
amar,
En galardon del
penar
Da esperança de
morir:
Y pues de su
condicion
Se saca tan buena
suerte,
Más vale en la
conclusion
El desseo de
passion
Que no sus obras la
muerte.
En
la casada, señor,
Quereis exemplo
ponerme
Que su victoria es
temor;
El verdadero amador
Nunca tal peligro
teme:
Assi que el mal que
aquí mora,
Aunque a quien sabe
lo digo,
No es este el que
nos desdora
Sino ver a la
señora
Sierva de nuestro
enemigo.
No
os quisiera ver poner
En la biuda
inconvinientes,
Porque saben bien
querer,
Y poco daño hazer
Los hijos ni los
parientes:
Assi que tengo
pensado
Que el que es digno
de tal gloria,
Que es muy bien
aventurado,
Porque es pequeño
el pecado
Y muy grande la
victoria.
Victoria
muy conoscida
Es servir a la
beata,
Si no porque es
homicida,
Porque con lo que
da vida
Con esso mismo nos
mata:
Y pues a nos es
dañosa,
Mucho más lo será a
vos;
Dexemos la
religiosa,
[p. 102] Porque es yerro y grave cosa
Tomar su mujer á
Dios.
Cabo
Las monjas
gran perfection
Tienen, según lo
que e visto,
Sino fuese por
razon
De la santa
profession,
Que tienen con
Ihesu Cristo;
Y pues de aqueste
concierto
Tanto mal se nos
concierta,
Sigamos por lo más
cierto,
Que es huir del
cuerpo muerto
Por no ver ell alma
muerta.
[Del Cancionero de Foulché-Delbosc.]