Comiença una obra a manera de diálogo entre el amor y un viejo
que, escarmentado dél, muy retraido se figura en una huerta seca y destruida, do la casa del plazer derribada se muestra, cerrada la puerta, en una pobrezilla choça metido; al cual subita mente paresció el amor con sus ministros, y aquel humilmente procediendo, y el viejo en aspera manera replicando, van discurriendo por su habla, fasta que el viejo del amor fué vencido; y comenzó a hablar el viejo en la manera siguiente:
Cerrada
estava mi puerta,
¿A qué vienes? ¿Por
do entraste?
Dí, ladron, ¿por
qué saltaste
Las paredes de mi
huerta?
La edad y la razon
Ya de tí me an
libertado;
Dexa el pobre
coraçon
Retraido en su
rincon
Contemplar cual le
as parado.
Cuanto
más que este vergel
No produze locas
flores,
Ni los frutos y
dulçores
Que solíes hallar
en él.
Sus verduras y
hollajes
Y delicados
frutales,
Hechos son todos
salvajes,
Convertidos en
linajes
De natios de
eriales.
La
beldad de este jardin
Ya no temo que la
halles,
Ni las ordenadas
calles,
Ni los muros de
jazmin;
Ni los arroyos
corrientes
De bivas aguas
notables,
Ni las alvercas ni
fuentes,
Ni las aves
produzientes
Los cantos tan
consolables.
Ya
la casa se deshizo,
De sotil lavor
estraña,
Y tornose esta
cabaña
De cañuelas de
carrizo.
De los frutos hize
truecos
Por escaparme de
tí,
Por aquellos
troncos secos,
Carcomidos, todos
huecos,
Que parescen cerca
mí.
[p. 152] Sal del huerto miserable:
Ve buscar dulce
floresta;
Que tú no puedes en
esta
Hazer vida
deleitable.
Ni tú ni tus
servidores
Podés bien estar
conmigo;
Que áun que esten
llenos de flores,
Yo sé bien cuantos
dolores
Ellos traen siempre
consigo.
Tú
traidor eres, amor,
De los tuyos
enemigo,
Y los que biven
contigo
Son ministros de
dolor.
Sábete que sé qué
son
Afan, desden y
deseo,
Sospiro, celos,
pasion,
Osar, temer,
aficion,
Guerra, saña,
devaneo.
Tormento
y desesperança,
Engaños con
ceguedad,
Lloros y catividad,
Congoxa, ravia,
mudança;
Tristeza, dubda,
coraje,
Lisonja, troque y
espina
Y otros mil deste
linaje,
Que con su falso
visaje
Su forma nos
desatina.
AMOR
En
tu habla representas
Que nos has bien
conoscido.
EL VIEJO
Sí;
que no tengo en olvido
Cómo hieres y
atormentas:
Esta huerta
destruida
Manifiesta tu
centella;
Dexa mi cansada
vida;
Sana ya de tu
herida
Más que tú de su
querella.
AMOR
Pues
estás tan criminal,
Hablar quiero con
sossiego,
Porque no
encendamos luego
Como yesca y
pedernal:
Y pues soy Amor
llamado,
Hablaré con
dulcedumbre,
Recibiendo muy
temprado
Tu hablar tan
denodado
En panes de
dulcedumbre.
EL VIEJO
Blanda
cara de alacran,
Fines fieros y
raviosos,
Los potages
ponçoñosos
En sabor dulce se
dan;
Como el mas blando
licor,
Es muy mas
penetrativo,
Piensas tú con tu
dulçor
Penetrar el desamor
En que me hallas
esquivo.
Las
culebras y serpientes
Y las cosas
enconadas
Son muy blandas y
pintadas
Y a la vista muy
plazientes;
Mas un secreto
venino
Dexando pueden
llegar
Cual, segun que yo
adevino
Dexarias en el
camino
Que comigo quiés
llevar.
AMOR
¿A
la habla que te hago
Por qué cierras las
orejas?
VIEJO
Porque
muerden las abejas
Aunque llegan con
halago.
AMOR
No
me vayas atajando,
Que yo lo que
quieres quiero.
VIEJO
Ni
muestres tú falagando,
Que aunque agora
vienes blando,
Bien sé que eres
escusero.
Escucha,
padre, Señor,
Que por mal
trocaré bienes;
Por ultrajes y
desdenes
Quiero darte gran
honor,
A tí que estas mas
dispuesto
Para me
contradezir;
Assi tengo
presupuesto
De sofrir tu duro
gesto
Porque sufras mi
servir.
VIEJO
Vé
de ay, pan de çaraças,
Vete, carne de
señuelo,
Vete, mal cevo de
anzuelo:
Tira allá, que me
embaraças:
Reclamo de
paxarero,
Falso cerro de
vallena:
El que es cauto
marinero
No se vence muy
ligero
Del cantar de la
Serena.
AMOR
Tu
rigor no dé querella
Que manzille tu
bondad,
Y pues tienes
justedad,
Sigue los caminos
della.
Al culpado, si es
aussente,
¿Lo llaman para
juzgar?
¿Pues por cual
inconviente
Al presente
ignocente
No te plaze de
escuchar?
EL VIEJO
Habla
ya: dí tus razones:
Dí tus enconados
quexos;
Pero dímelos de
lexos:
El aire no me
enfeciones:
Que segun sé de tus
nuevas,
Si te llegas cerca
mí,
Tú farás tan dulces
pruebas,
Que el ultraje que
ora llevas,
Esse lleve yo de
tí.
AMOR
Nunca
Dios tal maleficio
Te permita
conseguir,
Antes, para te
servir,
Purifique mi
servicio;
Cual en tanto grado
cresca
Que mas no pueda
subir,
Porque loe y
agradesca
Y tan gran merced
meresca
Cual me hazeis en
oir.
Por
estimados provechos
A vos, gratos
coraçones,
Con muy bivas
aficiones
Os meto dentro en
mis pechos;
Porque pueda
agradesçer
Ser oido aqueste
día,
Do haré bien
conoscer
Cuánto yerro puede
ser
Desechar mi
compañía.
¿Y
ladron llamas a uno,
Sin que tengas mas
enojos
Que, sin ser ante
tus ojos,
No jamás llegó a
ninguno?
Y pues hurto nunca
uvo
Ante la vista del
ombre,
¿Que respecto aqui
se tuvo?
¿O por cual razon
te plugo
Darme tan impropio
nombre?
No
despiertes que mas quiebre:
Desonra bivos y
muertos;
Que a nuestros ojos
abiertos,
Echas sueño como
liebre,
No te quiero más
dezir;
Déxame de tu
conquista;
Tú nos sueles
embair,
Tú nos sabes
enxerir
Como egibcio
nuestra vista.
Soy
alegre que me abras
Y tu saña
notifiques,
Aunque a mi me
damnifiques
Por rotura de
palabras;
Que el furor que es
encerrado,
Do se encierra más
empece;
[p. 154] La venganza en el airado
Es calor vaporizado
Que no dura y
envanesce.
Porque
a mi que desechaste
Ames tú con
afición,
Ten conmigo la
razon:
Faré salva que te
baste;
Y será desculpacion
De tu quexa y de la
mía,
Yo salvarme de
ladron:
Tu serás en
conclusion
No tachado en
cortesía.
Comunmente
todavia
Han los viejos un
vezino,
Enconado, muy
malino
Gobernado en sangre
fría;
Llámasse
malenconía,
Amarga
conversacion;
Quien por tal
estremo guía,
Ciertamente se
desvía
Lexos de mi
condicion.
Mas
despues que te e sentido
Que me quieres dar
audiencia,
De mi miedo muy
vencido,
Culpado,
despavorido,
Se partió de tu
presencia:
Este morava contigo
En el tiempo que me
viste,
Y por esto te
encendiste
En rigor tanto
comigo.
Donde
mora este maldito
No jamás hay
alegría,
Ni honor, ni
cortesía,
Ni ningun buen
apetito:
Pero donde yo me
llego,
Todo mal y pena
quito;
De los yelos saco
fuego,
Y a los viejos meto
en juego
Y a los muertos
ressucito.
Al
rudo hago discreto,
Al grossero muy
polido,
Desembuelto al
encogido
Y al invirtuoso
neto;
Al covarde
esforçado,
Escasso al liberal,
Bien regido al
destemplado,
Muy cortés y
mesurado
Al que no suele ser
tal.
Yo
hallo el sumo deleite,
Yo formo el fausto
y arreo,
Y tambien cubro lo
feo
Con la capa del
afeite:
Yo hago fiestas de
sala
Y mando vestirse
rico;
Yo tambien quiero
que vala
El misterio de la
gala
Cuando está en lo
pobrezico.
Yo
las coplas y canciones,
Yo la música suave;
Yo demuestro aquel
que sabe
Las sotiles
invenciones;
Yo fago volar mis
llamas
Por lo bueno y por
lo malo;
Yo hago servir las
damas;
Yo las perfumadas
camas,
Golosinas y
regalo.
Yo
bailar en lindo son,
Yo las danças y
corsautes,
Y aquestas son los
farautes
Que yo embio al
coraçon:
En las armas
festejar
Invenciones muy
discretas,
El justar y
tornear,
En la ley de
batallar,
Trances y armas
secretas.
Visito
los pobrezillos,
Fuello las casas
reales;
De los senos
virginales
Yo sé bien los
rinconcillos:
Mis pihuelas y mis
lonjas
A los religiosos
atan:
No lo tomes por
lisonjas,
Sino ve, mira las
monjas:
Veras cuan dulce me
tratan.
Yo
hallo las argentadas,
Yo las mudas y
cerillas,
[p. 155] Luzentoras, unturillas,
Y las aguas
estiladas:
Yo la líquida
estoraque
Y el licor de las
rasuras;
Yo tambien cómo se
saque
La pequilla que no
taque
Las lindas
acataduras.
Yo
mostré retir en plata
La vaquil y
alacran,
Y hazer el soliman
Que en el fuego se
desata:
Yo mil modos de
colores
Para lo
descolorido,
Mil pinturas, mil
primores;
Mil remedios dan
amores
Conque enhiestan lo
caido.
Yo
hago las rugas viejas
Dexar el rostro
estirado,
Y sé cómo el cuero
atado
Se tiene tras las
orejas;
Y el arte de los
ungüentes
Que para esto
aprovecha;
Sé dar cejas en las
frentes
Contrahago nuevos
dientes
Do natura los
desecha.
Yo
las aguas y lexías
Para los cabellos
roxos;
Aprieto los
miembros floxos
Y dó carne en las
enzías:
A la habla
temulenta
Turbada por senetud
Yo la hago tan
esenta;
Que su tono
representa
La forma de
juventud.
Sin
daño de la salud
Puedo con mi
sufficiencia
Convertir el
impotencia
En muy potente
virtud:
Sin calientes
confaciones,
Sin comeres muy
abastos,
Sin conservas ni
piñones,
Estincos,
sateriones,
Atincar ni otros
gastos.
En
el aire mis espuelas
Fieren a todas las
aves
Y en los muy hondos
concaves
Las reptilias
pequeñuelas:
Toda bestia de la
tierra
Y pescado de la mar
So mi gran poder se
encierra,
Sin poderse de mi
guerra
Con sus fuerças
amparar.
Algun
ave que librar
Se quiso de mi
conquista,
Solamente con la
vista
Le dí premia de
engendrar:
Mi poder tan
absoluto
Que por todo cabo
siembra,
Mira como lo
secuto;
Arbol hay que no da
fruto
Do no nasce macho y
hembra.
Pues
que ves que mi poder
Tan luengamente se
estiende,
Do ninguno se
defiende,
No te pienses
defender:
Y a quien buena
ventura
Tienen todos de
seguir
Recibe, pues que
precura
No hazerte
desmesura,
Mas de muerto
rebevir.
EL VIEJO
Segun
siento de tu trato
En que armas contra
mí,
Podré bien decir
por tí:
¡Que buen amigo es
el gato!
El que nunca por
nivel
De razon justa se
adiestra,
Nunca dá dulce sin
hiel,
Mas es tal como la
miel
Do se muere la
maestra.
Robador
fiero sin asco,
Ladron de dulce
despojo,
Bien sabes quebrar
el ojo,
Y despues nntar el
caxco.
¡O muy halagueña
pena,
Ciega lumbre, sotil
ascua!
[p. 156] ¡O plazer de mala mena,
Sin ochavas en
cadena
Nunca diste buena
pascua!
Maestra
lengua de engaños,
Pregonero de tus
bienes,
Dime agora, ¿por
qué tienes
So silencio tantos
daños?
Que aunque mas
doblado seas
Y más pintes tu
deleite,
Estas cosas do te
arreas
Son diformes caras
feas
Encubiertas del
afeite.
Y
¿como te glorificas
En tus deleitosas
obras?
Por que callas las
çoçobras
De lo bivo
mortificas?
Di maldito, ¿porque
quieres
Encobrir tal
enemigo?
Sábete que sé quien
eres,
Y si tú no lo
dixeres,
Que está aquí quien
te lo diga.
El
libre hazes cativo,
Al alegre mucho
triste;
Do ningun pesar
consiste
Pones modo
pesantivo:
Tú ensuzias muchas
camas
Con aguda rabia
fuerte;
Tú manzillas muchas
famas,
Y tú hazes con tus
llamas
Mil veces pedir la
muerte.
Tú
hallas las tristes yervas
Y tú los tristes
potajes;
Tú mestizas los
linages,
Tú limpieza no
conservas:
Tú doctrinas de
malicia,
Tú quebrantas
lealtad,
Tú con tu carnal
cobdicia,
Tú vas contra
pudicicia
Sin freno de
onestidad.
Tú
vas a los adevinos,
Tú buscas los
hechiceros,
Tú consientes los
agüeros
Y prenósticos
mezquinos;
Creyendo con
vanidad
A creer por
abusiones
Lo que deleite y
veldad
Y luenga
conformidad
Pones en los
coraçones.
Tú
nos metes en bollicio,
Tú nos quitas el
sossiego;
Tú con tu sentido
ciego
Pones alas en el
vicio:
Tú destruyes la
salud,
Tú rematas el
saber;
Tú hazes en senetud
La hazienda y la
virtud
Y el auctoridad
caer.
EL AMOR
No
me trates más, señor,
En contino
vituperio;
Que si oyes mi
misterio
Convertirlo has en
loor:
Verdad es que
inconviniente
Alguno suelo
causar,
Porque del amor la
gente
Entre frío y muy
ardiente
No saben medio
tomar.
El
ave que con sentido
Su hijo muestra
bolar,
Ni lo manda
abalançar,
Ni que vuele con el
nido;
Y quien no está
proveido
De tomar término
cierto,
Muchas veces es
caído,
Y el amor,
apercebido,
Quiere el ombre,
que no muerto.
De
allí dicen que es locura
Atreverse por amar;
Mas allí está más
ganar
Donde está más
aventura:
Sin mojarse el
pescador
Nunca toma muy gran
pez;
No hay plazer do no
ay dolor,
Nunca ríe con sabor
Quien no llora
alguna vez.
[p. 157] Razon es muy conoscida
Que las cosas más
amadas
Con afán son
alcançadas
Y trabajo en esta
vida:
La más deleitosa
obra
Que en este mundo
se cree
Es do más trabajo
sobra
Que en lo que sin
él se cobra
Sin deleite se
posee.
Siempre
uso de esta astucia
Para ser más
conservado;
Que con bien y mal
mezclado,
Pongo en mí mayor
acucia;
Y rebuelto allí un
poquito
Con sabor de algun
rigor,
El deseo más
incito;
Que amortigua ell
apetito
El dulçor sobre
dulçor.
No
lo pruevo con milagro;
Cosa es sabida,
llana,
Que se despierta la
gana
De comer, con dulce
agro:
Assi yo, con
galardon
Muchas veces
mezclo pena;
Que en la paz de
dissension
Entre amantes, la
quistion
Reintegra la
cadena.
Porque
no traiga fastío
Mi dulce
conversacion,
Busco causa y
ocasion
Conque a tiempos la
desvío:
Que lo que sale del
uso
Contino, sabe
mejor,
Y por esto te
dispuso
Mi querer, porque
de yuso
Subas costumbre
mayor.
Por
ende, si con dulçura
Me quieres
obedescer,
Yo haré reconoscer
En ti muy nueva
frescura:
Ponerte en el
coraçon
Este mi bivo
alboço;
Serán en esta sazon
De la misma
condición
Que eras cuando
lindo moço.
De
verdura muy gentil
Tu huerta renovaré;
La casa fabricaré
De obra rica,
sotil;
Sanaré las plantas
secas,
Quemadas por los
friores:
En muy gran
simpleza pecas,
Viejo triste, si no
truecas
Tus espinas por mis
flores.
EL VIEJO
Allegate
un. poco más:
Tienes tan lindas
razones,
Que sofrirte hé que
me encones
Por la gloria que
me dás:
Los tus dichos
alcahuetes,
Con verdad o con
engaño,
En el alma me los
metes;
Por lo dulce que
prometes
De esperar es todo
el año.
EL AMOR
Abracémonos
entramos,
Desnudos sin otro
medio:
Sentirás en tí
remedio,
En tu huerta nuevos
ramos.
EL VIEJO
¡Vente
a mi, muy dulce amor,
Vente, a mi, brazos
abiertos!;
Ves aquí tu
servidor,
Hecho siervo, de
señor,
Sin temer tus dones
ciertos.
AMOR
Hete
aquí bien abraçado;
Dime, ¿que sientes
agora?
VIEJO
Siento
ravía matadora,
Plazer lleno de
cuidado;
[p. 158] Siento fuego muy crescido,
Siento mal y no lo
veo;
Sin rotura estó
herido;
No te quiero ver
partido,
Ni apartado de
desseo.
AMOR
Agora
verás, Don Viejo,
Conservar la fama
casta;
Aquí te veré dó
basta
Tu saber y tu
consejo:
Porque con sobervia
y riña
Me diste
contradicion,
Seguiras estrecha
liña
En amores de una
niña
De muy duro
coraçon.
Y
sabe que te revelo
Una dolorida nueva,
Do sabrás cómo se
ceva
Quien se mete en mi
señuelo:
Amarás más que
Macías,
Hallarás
esquividad,
Sentirás las plagas
mías,
Fenecerán tus
viejos días
En ciega
catividad.
¡O
viejo triste, liviano!
¿Cual error pudo
bastar
Que te avia de
tonar
Ruvio tu cabello
cano?
¿Y essos ojos
descozidos,
Que eran para
enamorar,
Y esos beços tan
sumidos,
Dientes y muelas
podridos,
Que eran dulces de
besar?
Conviene
tambien que notes
Que es muy más
digna cosa
En tu boca
gargajosa
Pater nostres, que no motes:
Y el tosser que las
canciones,
Y el bordon que no
el espada;
Y las botas y
calçones
Que las nuevas
invenciones,
Ni la ropa muy
trepada,
¡O
marchito corcobado!
A ti era más anexo
Del ijar confino
quexo,
Que sospiro
enamorado:
Y en tu mano
provechoso
Para en tu flaca
salud,
Más un trapo
legañoso
Para el ojo
lagrimoso,
Que vihuela ni
laud.
Mira
tu negro garguero
De pesgo seco,
pegado;
¡Cuán crudío y
arrugado
Tienes, viejo
triste, el cuero!
Mira en ese ronco
pecho
Cómo el huélfago te
escarva;
Mira tu rescollo
estrecho,
Que no escupes más
derecho,
De cuanto te
ensuzias la barva.
¡Viejo
triste entre los viejos
Que de amores te
atormentas!
Mira como tus
artejos
Parescen sartas de
cuentas:
Y las uñas tan
crescidas
Y los pies llenos
de callos,
Y tus carnes
consumidas,
Y tus piernas
encogidas,
Cuales son para
cavallos!
¡Amargo
viejo, denuesto
De la humana
natura!
¿Tú no miras tu
figura
Y verguença de tu
gesto?
¿Y no vees la
ligereza
Que tienes para
escalar?
¿Qué donaire y
gentileza
Y qué fuerça y qué
destreza
La tuya para
justar?
¡Quien
te viese entremetido
En cosas dulces de
amores,
Y venirte los
dolores
Y atravessarte el
gemido!
¡O quien te oyese
cantar:
Señora de alta guisa,
Y temblar y
gagadear;
[p. 159] Los gallillos engrifar
Tu dama muerta de
risa!
¡O maldad envegescida!
¡O vejez mala de malo!
¡Alma biva en seco palo,
Biva muerte y muerta vida!
Depravado y obstinado,
Desseoso de pecar,
Mira, malaventurado,
Que te deja a tí el pecado,
Y tu no le quieres dexar.
EL VIEJO
El cual y nol muerde, muere
Por grave sueño pesado;
Assi haze el desdichado
A quien tu saeta fiere.
¿A do estavas, mi sentido?
Dime ¿cómo te dormiste?
Durmiose triste, perdido,
Como hace el dolorido
Que escuchó de quien oiste.
Cabo
Pues en ti tuve esperança,
Tú perdona mi pecar;
Gran linaje de vengança
Es las culpas perdonar.
Si del precio del vencido
Del que vence es el honor,
Yo de tí tan combatido
No seré flaco caido,
Ni tú fuerte vencedor.