Para dar el orden debido a las numerosas adiciones que voy a hacer a la Primavera de Wolf, he distribuido los romances en dos clases, incluyendo en la primera, que subdivido en dos grupos, los que se derivan de la tradición escrita (ya en los libros, ya en el teatro), y en el segundo los que proceden de la tradición oral. Unos pocos de los romances incluidos en la primera clase fueron ya conocidos por Wolf, pero no los admitió en su colección por razones que no me parecen de gran fuerza, puesto que reimprimió otros análogos y todavía menos primitivos. Los restantes proceden, casi todos, de la Tercera Parte de la Silva de Romances (Zaragoza, 1551), que Wolf no llegó a ver, y cuyo único ejemplar conocido fué rescatado para España, a peso de oro, en 1888, por el Marqués de Jerez de los Caballeros, poseedor en Sevilla de la más rica y selecta biblioteca de libros de poesía castellana que puede imaginarse. A la generosidad bien conocida de tan inteligente y apasionado bibliófilo, y a la buena amistad con que me honra, debo el que aquí figuren todos los romances nuevos de dicha Tercera Parte, y las variantes de los ya conocidos. Excluyo, por supuesto, los que son meramente eruditos y literarios, pero haré de ellos mención en la nota bibliográfica que va al fin de este primer apéndice. Los demás romances añadidos proceden de pliegos sueltos, o de otras fuentes que se especificarán en cada uno. En cuanto a su colocación, seguiremos un orden análogo al de la Primavera.
M. MENÉNDEZ PELAYO.