Una cancion que fiso a la Condesa de Buchanico
Fermosa gentil deessa,
La mejor de casa Ursina,
Por virtud de fama digna,
De Buchanico Condesa.
Bien mostrastes lealtad
A la casa de Aragon,
Sufriendo toda passion
Con fe, amor y verdat;
Defendiendo vuestra empresa
Contra Francia et casa Ursina,
Porque sois de fama digna,
De Buchanico Condesa.
Segunda Pantasilea
En armas e por amores,
Vos sois flor de las flores,
Fermosura vos arrea;
¡Oh graciosa aragonesa!
Por virtud vuestra divina
Serés de fama muy digna,
De Buchanico Condesa.
En el templo de Diana
Celebrarán vuestra fiesta,
Donde será manifiesta
A la poblacion humana;
Pues fesistes tal defesa
Por los planos e marina,
Sereis de fama muy digna,
De Buchanico Condesa.
Las gentes adorarán
Vuestras gestas y grand fecho,
Y las leyes por derecho
Siempre vos alegarán;
Sereis con las de la mesa
Loada en lengua latina,
Porque sois de fama digna,
De Buchanico Condesa.
Cancion a la fija del Duque de Milán siendo él en presion
Muy
alto et muy excellente
Princesa muy
generosa,
Más gentil e más
fermosa
Que non el sol
cuando es luciente.
La
luna teme de vos,
Gentil dama, e la
Diana,
E Las estrellas,
par Dios,
Tanto sois bella e
loçana;
Yo, el triste
padesiente,
Me encomiendo a
vos, señora,
Más gentil e más
fermosa
Que no el sol
cuando es lusiente.
La
claridat escuresce
Ante vuestra
fermosura,
[p. 329] La escuridat esclaresce,
Tal es la vuestra
figura;
La nieve, de vos
presente,
Se muestra ser otra
cosa,
Tal es la vuestra
graciosa
Cara muy
resplandesciente.
El
fuego faseis morir,
Muy discreta
criatura,
Al cristal
poneis tristura,
Las piedras faseis
fuir;
El carbonclo
reluciente
Su esplendor
monstrar non osa
Ante la vuestra
graciosa
Cara muy
resplandesciente.
El agua clara es turbada
Ante la vuestra
mesura,
E todo miralle
escura
Siendo allí vos
presentada;
El rayo muy
relusiente
Su claror mostrar
non osa,
Ante la vuestra
graciosa
Cara muy
resplandesciente.
Última
Arboles,
aves e hierbas,
Los mundanos
elementos,
A todos fases
contentos,
A todas cosas
contiemplas;
Los pexes de la
corriente,
Cualquier animal
reposa,
Viendo la vuestra
graciosa
Cara muy
resplandesciente.
Esta primera obra es una que dize que, estando sin amores, le buscó Amor y le mandó que los toviesse; y dale una señora a quien sirva, y es quien mucho tiempo avia que començó a servir, y dexóla temiendo que seria mal gradescida.
Estando
yo descuidado
De ansia mia ni
ajena,
Con vida muy a mi
grado,
Sin congoxas ni
cuidado
Ni de gloria ni de
pena,
Vi venir un
cavallero,
Preguntando por mi
nombre
Muy
ufano,
Vestido como
estranjero,
En forma de gentil
ombre
Cortesano.
Y como llegó do
estava,
Lleno el gesto de
alegría,
Más mirava que
hablava;
Yo le dixe qué
mandava,
Que buscaba, qué
quería.
Respondió: Tú me
paresces
A quien busco con
desseo,
No
de esquivo,
Y lo mucho que
meresces
Me da gloria,
porque veo
Que
estás bivo.
Yo soy Amor a quien
tienes
Olvidado en tu
memoria.
—Gran señor,
dime a qué vienes.
—Vengo a
darte de mis bienes
Porque gozes de mi
gloria.
Vengo a verte y que
me veas
Como amigo
verdadero,
Desseando
Que me sigas, que
me quieras;
Que me quieras,
pues te quiero,
Te
demando.
Dize Tapia
Amor,
señor de las vidas
De los tristes sin
ventura,
Cuyas bozes
doloridas
De tus bienes
despedidas
Van llorando mi
tristura;
Cuyo llanto de
amadores
Lastima los
coraçones
Por
memoria;
[p. 330] Cuya boz con tus dolores
Más publica sus
passiones
Que su gloria.
Estos
son los que siguieron
Tus servicios sin
errarte;
Estos son los que
quisieron
Tu querer, y te
sirvieron
De una fe firme sin
arte:
Estos son los
desdichados
Que por bien amar
sufrieron
Mil enojos,
Estos son más
olvidados
Porque vean que
hizieron
Con sus ojos.
Estos
andan dando gritos
Con afanes
descubiertos;
Estos muestran
por escritos
Que con lloros
infinitos
Andan muertos y no
muertos;
Estos veo
lastimados
Por seguir tras tu
renombre,
Que es amores,
Y los bien
aventurados
Son aquellos que en
tu nombre
Son peores.
Y
pues esto sé muy cierto,
¿Para qué quieres
mandarme
Que siga tu nombre
muerto,
Pues tu vida es
desconcierto
De penarme y de
matarme?
Déxame, si te
ploguiere,
Amor dulce y
lisonjero
Con engaños,
Que el que quiere
es el que muere:
Déxame, que bevir
quiero
Sin tus daños.
Responde el amor
Amigo
de mis entrañas
Tú que dizes lo que
hago,
No temas
cuitas estrañas,
Que a quien me
sirve sin mañas,
Comigo le hago
pago:
Porque essos que de
mi quexan
De no dalles vida
buena,
Mas destierros,
No me toman ni me
dexan:
Su culpa les da la
pena
De sus yerros.
Assi que tú con mi
suerte
Quiero que tengas
ventura,
Ventura que te
concierte,
Amor de vida sin
muerte,
Sin dolor y sin
tristura:
Quiero que tengas
comigo
Tal concierto en
bien amarte
Sin recelo,
Que con tu fe ni
contigo
No me vean
desviarte
De consuelo.
Habla Tapia
Dulçor
que torna en amargo,
Engaño buelto en
razón,
Con tu cativerio
largo,
Al que tienes mayor
cargo
Le das menos
gualardón:
¿Porqué quieres
engañarme
Prometiéndome tus
dones
Por maneras,
Que después serán
penarme
Con tus fuerças y
prisiones
Lastimeras?
Que
con razones y mañas
De tus obras
contrahechas,
Tu placer tornando
en sañas,
Cuanto apañas
desmarañas,
No aprovechas, más
despechas:
Y al que más, más
te sirvió
No gradesces ni le
pagas
Sus servicios;
¿Qué seguro terné
yo,
Qué segure que me
hagas
Beneficios?
Habla el auctor
Gran
temor tienes de mi,
Hazes malo de lo
bueno,
Nunca te lo
merescí,
Que penando yo por
ti
Penes tú con mal
ajeno:
Dejate de essas
querellas,
[p. 331] Ten conmigo compañías
Tiempo luengo,
Y verás allí sin
ellas
Que la culpa que
dezías
No la tengo.
Y
por esto sigue agora
Tras mi nombre y
sus plazeres
Con fe firme
duradera,
Pues te doy una
señora
Flor de todas las
mujeres.
Más hermosa que
ninguna,
Más discreta, más
galana
Y más graciosa,
A quien hizo
la fortuna
Más pomposa y más
ufana
Y más preciosa.
Que viendo su
gentileza
Tu vista será
encendida
De un grado que dé
firmeza
De jamás te dar
tristeza
Ni dolor ni mala
vida:
Esta quiero que te
mande
Con querer de amor
crescido
Sin fatigas,
Porque quedes hecho
grande,
Y del tiempo que
has perdido
Te maldigas.
Cabo
Esta
es por quien venciste
Tu querer y
servidumbre;
Esta es por quien
temiste
De te ver cativo y
triste,
Dándole tal
certidumbre:
No temas ser suyo,
no,
Que yo no te
dexaré,
Pues es servida,
Porque a mí me
prometió
De tener fe con tu
fe
Toda su vida.
Acaba Tapia con esta canción, que
riendo lo que quiere amor
Vencedor
de mi porfía,
Plázeme de te
seguir;
Y pues me das
compañía,
Dale tu también la
mía
Con fe de nunca
partir
Ni querer de su
servir.
Porque
su merescimiento
Es tan alto como el
mío,
Que si tu
consentimiento
No le haze estar
contento,
Mi firmeza es más
desuío:
Con más fe que no
tenía
Me plaze de te
seguir,
Y tomar por
compañía
Tu esperança y dar
la mía
Con fe de nunca
partir
Mi querer de su
servir.
Estando ausente de su
amiga
Id,
mis coplas desdichadas,
Trobadas por mi
dolor,
Con mis males
concertadas,
Sacadas y
trasladadas
De las entrañas de
amor,
A do fui por mi
ventura
El más firme
enamorado,
A do tienen mi
cuidado
Por mi triste
desventura
Ya olvidado.
Irés
á Guadalajara,
Do verés la
hermosura
Cuya vista cuesta
cara;
Do mi pena verés
clara,
Do verés mi gloria
escura:
Do dirés con la
tristeza
Y dolor que yo os
embío,
Que con todo el
daño mío,
De mudança mi
firmeza
Yo la fio.
Y
vosotras, mensajeras
De mis tristes
pensamientos,
[p. 332] Llevarés por compañeras
Mis angustias
verdaderas,
Mis congoxas, mis
tormentos:
Y llevad el sello
cierto
De mi fe sellada y
cierta
Conque amor cerró
la puerta,
Que primero seré
muerto
Que ella abierta.
Y
llevad aquel llavero
Do la llave se
añudó,
Hecha de amar
verdadero,
Templado de aquel
azero
Que mi querer
confirmó;
Cuya puerta está
cerrada
De mano de mi
ventura,
Porque fué la
cerradura
Su merced y su
sobrada
Hermosura.
Llevadle
más mis cuidados,
Mis penas y mi
passion,
Mis servicios
olvidados,
Mis sospiros
arrancados
De dentro del
coraçon;
Y la vista de mis
ojos
Que quedó con mi
memoria,
Porque lloren la
victoria
Do ganaron mas
enojos
Que no gloria.
Y
tambien quede conmigo
El grado que me
venció;
Mi esperança, mi
enemigo,
Vaya con vos y
consigo,
Que no la quiero
yo, nó.
Que su nombre es
nombre incierto,
Pues sus obras son
inciertas,
¡O gloria de
glorias muertas,
Cuyo bien y gozo
cierto
Es de concierto!
Acordalde mis
canciones
Que hice por su
servicio,
Las copas y las
razones
En que digo las
passiones
Que me da sin
beneficio:
Y dezilde vos,
cuitada
De mi muerte
peligrosa,
Que aunque sea muy
hermosa,
Que es cruel
desamorada,
Y no amorosa.
Fin
Y
en fin, de todo mi daño
Sepa como no estoy
bivo,
Posque está bivo su
engaño
Y con este
desengaño
Ni estó libre ni
catiuo,
Y pues su gran
merescer
Me hizo su
servidor,
Assi que tengo
temor
Que por mi mucho
querer
Me he de perder.