A la muerte del príncipe D. Alfonso
¡O
pueblo de Portugal!
Llorad la triste
caida,
Em que perdistes
Vuestro señor
natural,
Vuestro amparo e
vuestra vida,
De vos tristes.
Y llorad vuestro
morir
Pues tenés muchas
razones,
Y no una.
Llorad su triste
partir,
Bien anssi sus
perfeçiones,
Y su fortuna.
¡O
dia tan perdidoso
De martes, que mas
valiera
No ser dia!
¡O dia triste,
lloroso
Do perdimos la
bandera,
Y nuestra
[1] guía!
Em dia lleno
d'agüero,
Em día tam
rreçeloso,
De partir,
Partió-sse nuestro
luzero,
Partiendo tam
deseoso
De bevir.
O
maldita y triste ora,
Lugar, sazón y
momento
Desastrado,
De vuestro mal
causadora,
En quien nuestro
bien sin cuento
Fué apartado!
Cavallo triste,
carrera,
Pareja cruel,
mortal
Del padeciente,
Que recebió muerte
fiera,
[2]
Sin poder valer al
mal
La su gente!
Principe
más excelente,
Príncipe más
generoso
No lo avía:
Más fidalgo et
prefulgente,
Más humano et
virtuoso
Se dezía.
Los passados ni
presentes,
Ni los que están
por venir
Fueron iguales,
A quien las
extrañas gentes
Deseaban de servir
Por naturales.
[p. 225] Animoso, muy umano
Príncipe, más
dadivoso,
Y más amado,
Portugués y
Castellano,
De la gran princesa
esposo
Y namorado.
A quien excelentes
bodas,
Fiestas, justas tan
gozosas
Y crecidas,
A las cuales hivan
todas
Las gentes,
tam deseosas
De sus vidas.
¡Ricas ropas y
collares,
Brocados, grandes
baxillas
Y pedraría!
¡Cuanto gozo en los
lugares,
En las ciudades et
villas
Se fazía!
Ora, por nuestros
pecados
Y males tan
merecidos,
Fallarés
Grande luto en los
poblados,
Y los llantos muy
crecidos
Oyerés
En el día
afortunado,
En que muertes
recibieron
Nuestras vidas,
Dió caida el
deseado
D'aquellas que lo
perdieron
Doloridas.
Perdio-lo su triste
madre,
De su vida deseossa
Y de su gozo,
Perdio-lo el triste
padre,
Y perdió la
congoxosa
El su esposo.
Mas lo perdieron
los suyos
Criados, qu'él
tanto amó
Y quería;
¿Cuyos se llamarán,
cuyos,
Pues la muerte les
robó
Su señoría?
¿A quien pedirés
merçedes?
¿A quién los fijos
darés?
¡Tristes nos!
Que la prenda
[1] que oy perdedes
Cobrar no la
poderés,
Pues quiso Dios.
Admiracion del autor
¡O desventurada,
triste
Nueva, cruel,
espantosa,
Desmayada!
No siento quien te
resiste
Sin morir muerte
[2] raviosa
Aver contada.
¡O tu reina, tu
princesa!
¡Cómo vuestros
sintimientos
No sentiam
La tristura sin
deffesa
Las angustias y
tormentas
Que os veniam!
Las nuevas que llevaran a la reina
y princesa
Esposa y madre de
quien
Cayó la mortal
caida
Del cavallo,
Andad a ver vuestro
bien,
Antes que se vos
despida,
Hid busca-llo.
Yo le dexo
amorteçido;
A su padre no
rresponde
Nada, no:
Hid a ver vuestro
marido,
Hid vos madre al
fijo d'onde
Se cayó.
La partida d'ellas
Solas las dos se
partieron,
Sin mas esperar
compañas,
[p. 226] Desmayadas,
Corriendo cuanto
pudieron,
Las que llevan sus
entrañas
Lastimadas.
Llegando con gran
dolor
Començan d'esta
manera,
Gritos dando:
«Vida mia y mi
senhor!
¿No me ablais,
fijo, siquera?
¿Desde cuando?
El
triste rato del día
Y noche tan
amargosa
Estovieram
En el lugar, do
yazia
El, que nunca dixo
cosa,
Ni le oyeram.
Y despues a el
segundo
Dia triste, en que
murieron
Sin morir
Partio-sse
d'aqueste mundo
El, por quien
llantos fizieron
D'escrevir.
El
planto del rey
¡«Fijo
suyo, y mi amor,
Vida de la vida
suya,
Desseada;
Fijo, mi
defendedor,
Mi prazer, mi
alegría
Ya passada!
Mi dolor tan
lastimero,
Mi lembrança, mi
passion
Sin deporte;
Muerte mia, com que
muero:
¡Fijo mio, mi
prision
Es tu morte!
¡Muerte,
qué mal escogiste
Em llevar a quien
llevaste,
Dexando a mim,
Llevaras al padre
triste,
Y no a el que assi
mataste
Y diste fim!
O muerte triste,
cruel,
Careçida de piedad,
Sin manera,
No llevaras,
triste, a el,
Mas a mi em
crueldad
Lastimera!
Fin del planto con este dicho de
David
Circundederunt me
dolores mortes et
pericula
Cercáram
me los dolores
Y la muerte triste
en medio
Me tomó.
Cercáram me los
temores
De males tam sim
remedio,
¡Triste yo!
Los peligros del
infierno
Me falharam
mereçiente
Del tormento;
Pero querrás tu,
eterno,
Meter aquel
inoçente
En tu cuento
El planto de la reina
¡Fijo,
amor de mis entrañas
La vida de mis
plazeres
Y conorte,
Buelvem-sse penas
estranhas,
Fijo, pues la causa
eres
De mi morte!
Fijo da
desconsolada
Madre, triste, que
vos parió
Y amava tanto,
¡Ah morte cruda
malvada
Diez y seis años
llevó
Por mi quebranto!
¡Fijo,
amor tam desdichado!
Yo la madre mas
coitada
Que naçió!
Vuestra pena ha fim
dado,
Y la suya
trabajada
Començó.
Biviré soffrindo el
trago
De la muerte,
deseando,
Fijo, ver-os.
[p. 227] Biviré simpre en un lago
De tristuras,
contemplando
El perder-os.
Fim del planto con este otro dicho
dell propheta
Lavoravi in gemitu meo
Dias,
noches biviré,
Trabajante em
gemido
Y angustura;
El mi lecho regaré
Con lagrimas y
sentido
De tristura;
Reguaré ell mi
estrado
Com las fuentes de
mis ojos,
No çessables,
Pues que
triste m'an entrado
Los tormentos
a manojos,
Lastimables.
El planto de la prinçesa
¡O
amor de mi querer,
Querido del coraçon
Mas que mi vida,
Comienço de mi
plazer,
Comienço de mi
passion
Desmedida!
¡O fim de todo mi
bien,
Venero de mi
tristura
Sim compas,
Sola yo! dirám, de
quien
Se partio buena
ventura
Por jamas.
Yo
soy la triste veuda,
Cubierta de mil
tristuras
Sim abrigo,
De todo mi bien
desnuda,
Y muy llena
d'amarguras
Sim amigo.
Oh amor de muchos
años,
Faltó-nos la piedad
Ambos a dos;
Mas no los
terribles daños,
Ni la triste
soledad,
Que he de vos.
¡O
vida tan enemiga,
¡O muerte tam
deseada,
Que no vienes
Dar manera, como
siga
Por quien vivo
trabajada,
Pues lo tienes!
Duele-te de mi
congoxa,
Duele-te de mi
tormento
A que no fuyo,
Pues no mengua ni
se afloxa;
Sea mi
enterramiento
Con el suyo.
Prosigue ell planto con este dicho
de David
Defecerunt in dolore vito
mea...
Desfallece
em dolor
Mi vida con el
tormento
C'atormenta
La congoxa de amor,
La triste, que no
tem cuento
Su affruenta.
Los mis años em
gemidos
Acabaram su bevir
Y mal inmensso,
Y los mis males
sobidos
No se poderám dezir
Por extenso.
Fim con este dicho de Job
Dies
mei velocius transierunt
Tam
a priessa y tam trigosos
Mis dias se
trespassarom
Mal logrados,
Y com casos tam
lhorosos
Mis penssamientos
quedarom
Dessipados,
Atormentantes de
mim
Coraçon lleno de
duelo
Y d' espanto:
¡O porque no fago
fim,
[p. 228] Porque vivo neste suelo
De quebranto!
Fim e oraçion
Virgem,
cuya humildad
Mereçió ser tanto
dina
Que la persona
devina
Quis tomar
umanidad,
Y ser de tu ventre
naçido,
Por lo cual mi alma
implora,
Que al padre
roguadora
Seas por el
faleçido.