Colecciones MAPFRE 1492

José Andrés-Gallego
Coordinador General de las Colecciones MAPFRE 1492
Septiembre, 1992

cubierta enteraEl año 1492 sobresale en la historia de todos aquellos que, de uno u otro modo, se han relacionado directamente con España o con lo español. En 1492 hace crisis la convivencia que durante más de setecientos años habían mantenido las tres comunidades de hombres del libro. Por otra parte, el impulso expansivo de los españoles traspone los límites del océano y se vierte sobre América. De ahí que 1992 sea punto de partida y de ahí también la preocupación por la proyección histórica de esos tres grupos de hombres que entonces se separan.

Se trata de devolver a la relación entre América y España su dimensión universal, al tiempo en que se hace ver su complejidad histórica, que no se reduce a lo “iberoamericano”, aunque tiene en ello su punto de mira. América, en efecto, no es sólo el punto final del arribo de los españoles ni únicamente el punto de origen de la influencia del Nuevo Mundo en Europa, sino también la cabeza de puente que la enlaza con el Extremo Oriente. América es, además, parte de la patria común de la humanidad.

Los 500 años de este cúmulo de acontecimientos, a los que se puede añadir la unidad de la propia España, que antes y después de lograrse, en 1492, se integra con lo que fue Europa y lo que será América, es una buena razón para exponer las raíces, el desarrollo y, sobre todo, las consecuencias de lo que entonces ocurrió y con ello colaborar a que los pueblos americanos, islámicos y judíos, conozcan algunos de los principales factores que han conformado su identidad; factores internos y externos, porque todos han contribuido a su situación actual.

Las Colecciones tienen principalmente, por tanto, los objetivos que a continuación se reseñan:

1. Afirmar la identidad propia de cada una de las naciones creadas en América en los últimos doscientos años, a fin de que su conocimiento sirva para definir su papel en la comunidad mundial. Para ello tratan algunos de los aspectos que con influencia y características distintas las han configurado, tal como hoy existen o desean sus ciudadanos que existan en el futuro. Con este objeto, se estudian en los principales países tres áreas básicas de su pasado y presente: aborígenes, proceso de independencia y megalópolis. El proyecto aborda por separado cada una de esas áreas y las analiza no sólo desde una perspectiva española, ni únicamente ibérica, sino universal, puesto que así ha sido la proyección de esos sucesos. Y, además, busca contemplarlos hasta el presente para así facilitar una proyección de futuro.

2. Colaborar en la creación de una “identidad iberoamericana” de pueblos creados con influencia de Portugal y España con denominadores comunes que conviene destacar, junto con la riqueza de sus culturas autóctonas, para lograr una mayor cohesión continental en un mundo crecientemente articulado en bloques. El tratamiento de estos aspectos se hace de modo orgánico, no respondiendo a situaciones o hechos específicos, sino proyectando preocupaciones comunes sobre cada país americano y teniendo muy especialmente en cuenta las interrelaciones creadas después de su independencia.

Se habla de Iberoamérica, y no de Hispanoamérica ni de Latinoamérica (aunque los autores de los libros podrán emplear la denominación que prefieran) por un mero criterio pragmático: España y Portugal forman la Península Ibérica y de aquí (y de sus islas) surgió el impulso principal. Por lo demás, la Península Ibérica era entonces y es hoy la Hispania latina, de suerte que lo ibérico ya era en 1492, y lo es en 1992, hispano y latino a la vez. Sencillamente se ha optado por la expresión que —sea o no la más acertada desde el punto de vista científico— carece hoy de implicaciones políticas que no sean las referidas a la existencia de una identidad común.

3. Contribuir al conocimiento de las relaciones históricas que han existido entre el Viejo y el Nuevo Mundo, como bases sólidas de vinculación entre Europa y América. Para esto, se analiza preferentemente la mutua influencia entre América y los países que con ella hayan establecido mayor relación, pero teniendo en cuenta, además, grupos humanos distintos que componen también la realidad del “hombre americano”. Así, se acentúa el papel de crisol de pueblos que el Nuevo Mundo ha desempeñado y, sobre todo, que aún le corresponde desempeñar en los próximos siglos y se subraya el papel en todo ello de los conjuntos étnicos no europeos.

4. Destacar la situación de Portugal y España no sólo como encrucijada de tres culturas —cristiana, islámica y judía—, sino de tres continentes: Europa, Iberoamérica —de la que es su cabeza de puente en Europa— y África, al ser los países europeos mas próximos a ese continente y al pueblo y cultura musulmanes. Las Islas Canarias son ejemplo de esta situación: geográficamente africanas, cultural y políticamente europeas, e integradas en varios países de América. También algunos de estos factores concurren en Andalucía, verdadero puente de tres continentes. Esta espectacular situación cultural y estratégica hace prever que España y Portugal tengan en sus relaciones una influencia creciente y que necesiten prepararse para contribuir a la misión que exige su situación y su historia.

5. Resaltar, dentro de lo anterior, la función que, por razones históricas y culturales, Portugal y España están llamadas a cumplir entre la amplia comunidad europea y los países iberoamericanos. Para ello, se examinan aspectos en que se ha plasmado la influencia mutua entre América, Portugal y España, pormenorizando la diversidad de formas que ha tenido esa influencia, según los momentos y las regiones afectadas.

6. Incorporar, además de los americanos, otros temas relacionados con la fecha mágica para la historia del mundo que es 1492: en concreto, la España islámica y la judía, ambas con proyección en las identidades, generales y nacionales. Quizás por primera vez se tratan, de un modo orgánico, no ya en España sino en el mundo, los aspectos principales de ambas culturas, demasiado olvidados durante los últimos quinientos años.

7. Recordar los cuatro grandes elementos que hicieron posible la transformación del continente americano en un “Nuevo Mundo”: el Océano, la Iglesia Católica, la Lengua y las Armas, todos grandes protagonistas de esta gesta única en la historia de la humanidad.

8. Recordar análogamente la acción española en las Islas Filipinas, culturalmente hispánicas y gobernadas en gran parte desde América, lo que las convierte en una parte de la cultura americana.

9. Tratar no sólo de la Iberoamérica actual, tal como es, sino de la que podría haber sido, con gran parte de los Estados Unidos, país clave en la Iberoamérica del futuro.

10. Lograr que aparezca, formando un conjunto coherente y coordinado, un gran elenco de estudios (y, por lo tanto, de investigadores e instituciones académicas) que pueden así vincularse en una acción intercultural permanente dentro de la comunidad mundial, cada día más unida por lazos estrechos.

Con todo lo anterior se pretende ofrecer un “estado de la cuestión” de temas, en unos casos ya profusamente tratados, que se intentan sistematizar, y en otros insuficientemente estudiados o completamente desconocidos.

Las Colecciones buscan poner a disposición de los estudiosos de las distintas naciones una visión general completa y sistemática de aspectos ajenos a su propia investigación directa, visión que les permita ensanchar horizontes propios y dar dimensión comparativa a sus trabajos.

Se pretende que los libros se acerquen todo lo posible al tipo de escrito que puede ser leído por cualquier persona culta y, al mismo tiempo, citado en un trabajo especializado como síntesis de nivel académico.

Se publicarán, inicialmente, en castellano. No obstante, se promoverán en lo posible los acuerdos con instituciones académicas y editoriales para su publicación en las lenguas en que se hayan escrito originariamente; pero ello con independencia del “Plan de las Colecciones”. Para que esto sea viable, la Fundación dará las máximas facilidades a los autores y a cualquier persona interesada.

En cada una de estas Colecciones y en los numerosos temas que las componen se ha buscado, sin discriminación ni objetivo sectario, a personas capacitadas para la preparación de sus títulos, sin apologías ni proselitismo, pero sin eludir tampoco aspectos ingratos. Quizás no siempre se haya conseguido, y en alguna ocasión cabe que no se haya seleccionado el autor óptimo, pero, en todos, el elegido está preparado para ofrecer el estudio serio e independiente que debe caracterizar las Colecciones MAPFRE 1492.

Se ha procurado abordar temas no específicamente tratados por otras iniciativas públicas o privadas, dentro del marco de 1992. No nos ha preocupado —por citar un ejemplo— añadir la enésima biografía de Colón, a quien en este momento dedican otras instituciones trabajos de alta calidad, y sí en cambio poner de manifiesto la importancia de otros navegantes —italianos, españoles, portugueses, británicos y holandeses— que contribuyeron al Descubrimiento de América. Sólo se ha tratado directamente a Cristóbal Colón en un libro, que se dedica a su relación con la Casa de Medinaceli para que ésta financiase el proyecto del Descubrimiento, a lo que se opuso Isabel, la Reina Católica, por considerarlo un proyecto “nacional”, tema muy poco conocido hasta ahora.